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El Lujo en Guerra: Marcas Atrapadas entre China y EE. UU

  • Gabriela Quiñonez Herrera
  • 22 jul
  • 3 Min. de lectura
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Desde el regreso de Donald Trump a la presidencia, el escenario de comercio internacional se ha visto envuelto en una creciente incertidumbre, con efectos importantes sobre diversos sectores de mercado. En una de sus últimas intervenciones, motivada por el aparente desequilibrio comercial, pues Estados Unidos importa de China una cantidad significativamente mayor de bienes, de lo que le exporta Trump anunció un aumento de los aranceles a los productos provenientes de China, a un 145%. Esta decisión nos sitúa, sin lugar a duda, en el contexto de una “guerra arancelaria”. 


Si bien ambas naciones son potencias económicas mundiales, con bases suficientemente estructuradas para resistir una crisis de tal magnitud, continuar con esta disputa no deja de ser una apuesta arriesgada y peligrosa, pues hay muchos factores en juego, entre esos: la estabilidad global, que de verse en amenaza terminará por expandir los efectos más allá de lo esperado.  

En este caso, la industria de lujo no se salvó, siendo una de las más afectadas por la tensión económica. No es un secreto que estas marcas, con el objetivo de maximizar sus márgenes de ganancia, potencializar su economía, se adhieren a la gran búsqueda de insumos a bajo costo, procesos de ensamble eficientes y mano de obra asequible, en ese camino, algunas, han trasladado sus centros de maquila y producción a países asiáticos; pues como se conoce, ofrecen muy buenas utilidades, a bajo costo. 


Como un eco inevitable de esta guerra de aranceles, las grandes casas de lujo —Gucci, Hermès, Prada— se han puesto en tela de juicio. Parecía de no creer, cuando diferentes comerciantes asiáticos empezaron a iluminar en redes sociales la gran sombra respecto de los artículos de lujo, desenmascarando sus precios reales y sus procesos de fabricación, e incluso haciendo una invitación contundente a comprarlos directamente a China. 


Si bien esto no es una novedad, el simple hecho de hacerlo público, dota de respuestas a lo que pasa en el interior de tan grandes industrias, pues a lo largo del tiempo, muchas personas han cuestionado los precios elevados y desproporcionados de los artículos de lujo, sin poder sostener de forma económica y coherente la magnitud de sus costos. 


Tal acontecimiento impacta de manera directa las grandes bases que las marcas de lujo tanto se han preocupado por preservar -como su prestigio y exclusividad-. Pues bien, adquirir un bolso Hermes o un accesorio de la última colección de Dior, más allá de poder costar miles de dólares, significa estatus y diferencia, donde incluso, personas se han enfrentado a años de listas de espera para poder adquirirlos.  


Situados en el paradigma, se trata de declaraciones fuertes y crudas, provenientes de comerciantes chinos, que, a través de TikTok, han alzado la voz en forma de protesta contra la estrategia arancelaria de Washington; han vuelto la denuncia en una gran tendencia. Allí, se han encargado de exponer cifras que antes solo se podían intuir, aludiendo a que diferentes productos que las marcas venden en miles de dólares tienen un costo de fabricación menor al 0.5% de su precio final. 


Pero ¿cómo puede afectar este tipo de escarnios a estas grandes y prestigiosas empresas? Cuando se arremete en contra del corazón simbólico de una marca — su exclusividad— se pone en duda la reputación de la marca. Si bien, expertos han analizado los videos y su contenido, se dice que podría no tratarse de fabricantes reales, pues estos difícilmente se expondrán a demandas por incumplimiento de los acuerdos de confidencialidad, al igual, el mensaje ha calado hondo, se instaló la duda, y queda una fisura.  


Definitivamente, esto ha terminado por causar revuelo. Las marcas de lujo, históricamente se han caracterizado por ser reservadas y herméticas, han sabido ocultarse tras un aura de misterio: por lo que hoy en día no se puede hablar desde la certeza absoluta. Pese a eso, se mantienen los intentos por revelar una verdad incómoda, una que invita a la reflexión sobre el aparente consumismo irracional. 


Aunque tal disputa arancelaria sea historia hoy en día — pues, ya lograron algunos acuerdos arancelarios — sí resultó muy interesante analizar el impacto en una industria tan reconocida, que se ha caracterizado por su oscuridad y silencio respecto a las polémicas en su contra. Si bien son grandes comercios, están expuestos a la vulnerabilidad que les puede traer el poder conocer la “verdad”, implicando graves afectaciones a su prestigio y credibilidad. 

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