top of page

Dos Javerianos en el Concurso Nacional de Ensayo en Derecho Comercial "Germán Cavelier" 2025

  • Foto del escritor: José Javier Osorio Quintero
    José Javier Osorio Quintero
  • 1 sept
  • 5 Min. de lectura

Pablo Amorocho Barreto y Santiago Espitia Nieto se alzaron en el podio de la última edición de este afamado concurso. Acá su experiencia, contada por ellos mismos. 

ree

 

Foro Javeriano les extiendo una sincera felicitación y les cede el espacio para que compartan cómo fue su experiencia:  

 

Pablo Amorocho Barreto 

Conocí el concurso por las redes de la asociación a mediados del primer semestre del año pasado. Tuve ganas de concursar, pero entre mi trabajo de ese entonces y los preparativos para irme de intercambio, no le saqué el tiempo suficiente y al final desistí. Me arrepentí en el momento en que conocimos los ganadores de esa edición. Así que a principios de este año decidí concursar y dedicarle el tiempo a sacar un ensayo de calidad.  

 

El tema surgió cuando conocí el proyecto de ley de reforma societaria en la clase de Sociedades. Me llamó la atención la figura de la responsabilidad limitada de la persona natural comerciante, que es el centro de mi ensayo. El interés creció cuando tuve la oportunidad de leer la regulación que tiene en Francia una figura similar en un Código Civil francés que me traje de recuerdo de mi intercambio. Lo que más me llamó del proyecto de la reforma fue la falta de desarrollo de esta figura, a comparación de otros ordenamientos donde existe hace varios años y tiene una regulación extensiva y rigurosa.  

 

El ensayo consiste en una revisión del proyecto de ley acerca de esta figura. Hice una revisión teórica de las implicaciones de la figura en la sistemática de nuestro derecho patrimonial, identificando importantes vacíos regulatorios que se relacionan con las necesidades propias de mercado de la pequeña empresa. La conclusión es que la figura, si bien puede ser una gran oportunidad para la protección del empresario individual en Colombia, tiene una falta de desarrollo que debe ser atendida por el legislador para garantizar el éxito de la figura en la realidad del pequeño empresario en nuestro país, a quien tan importantemente debemos proteger al conformar gran parte de la población productiva del país.  

 

El proceso de escritura fue muy entretenido. El rigor era fundamental, teniendo en cuenta la importancia y controversia que el proyecto ha generado en la comunidad jurídica. Si bien gran parte del proceso inicial fue por mi cuenta, recibí importantes insumos para construir una argumentación más sólida y más interesante. El Dr. Rafael Wilches aportó en el rigor técnico y académico del ensayo. Catalina, amiga de la Universidad de los Andes, aportó una forma distinta de pensar a la marcada línea que tiene el derecho privado en la Javeriana. 

 

La preparación para la parte oral fue quizá lo más enriquecedor. Hablar en público siempre es difícil, pero sonar convincente e impactante es sin duda un talento que pocos tienen y una habilidad difícil de desarrollar. En este punto conté con el apoyo fundamental de varios profesores, especialmente Felipe Tejeiro, Alberto Páez y Karen Báez, quienes con su experiencia y su paciencia me escucharon y aconsejaron en la mejor forma de darle emoción a un ensayo que, en principio, parecía muy teórico y poco emotivo. Tuve el apoyo fundamental de varios amigos, que me escucharon practicar mi exposición y me dieron comentarios que fueron insumo fundamental para el producto final. El día de la sustentación llegué preparado, por lo que exponer ante el jurado fue un placer: finalmente fue hablar de un tema que me apasiona y del que hay mucho que decir.  

 

Lo que me llevo de esto es que hay que aprovechar siempre las oportunidades que se nos presentan, sobre todo en esta época universitaria. Creo firmemente que el amor al derecho no es únicamente aprenderlo en las clases o en la práctica: es reflexionarlo, es apasionarse por él y, sobre todo, no tenerle miedo a controvertirlo y debatirlo, incluso si implica pensar contracorriente, siempre que se haga con rigor. 

 

 

Santiago Espitia Nieto 

Un día cualquiera en febrero estaba en la biblioteca del sexto piso del Giraldo y apareció ante mí una publicación en Instagram denominada como “Concurso Nacional de Ensayo en Derecho Comercial ´Germán Cavelier` 2025”. Sin dudar un solo momento decidí lanzarme a dicha aventura y al parecer salió muy bien. En mi carrera siempre he tenido mis intereses divididos en dos grandes áreas del derecho: (i) El Derecho privado y (ii) El Derecho internacional. Al ver este concurso, vi una oportunidad para ahondar en ellos y dejarme llevar por la dicha de la escritura académica en temas de mi interés. 

 

El primer problema que cualquier persona afronta al elaborar un ensayo es encontrar el tema adecuado. Desde el inicio quise escribir sobre algo relacionado con el derecho del consumidor, pues me parece un régimen con un trasfondo jurídico, social y económico muy interesante. Sin embargo, no sabía con qué tema empatarlo para realizar un ensayo idóneo para un concurso de esta índole. Pero recordé una situación bastante curiosa. Yo soy una persona muy aficionada por los videojuegos, un día en diciembre de 2024 estaba cómodamente en mi casa encendiendo mi consola y una vez accedí al juego que tenía la intención de jugar, apareció ante mí un aviso en el menú del juego: “Cláusula Arbitral”. Yo inmediatamente dejé de lado mis intenciones de compartir un rato agradable con mis amigos y decidí amargarme leyendo los sendos párrafos de una cláusula arbitral que debía aceptar, porque de lo contrario me cohibiría de jugar un video juego y jugar un video juego es una experiencia que disfruto mucho. 

 

La cláusula compromisoria que estaba insertada en el juego era muy sólida, muy bien diseñada pero ello no obstó para que mi cabeza se llenara de dudas jurídicas. Cuando estaba buscando el tema idóneo para mi ensayo me invadió este recuerdo. Procedí a investigar acerca del tema y encontré que han habido serios problemas en países extranjeros por las cláusulas compromisorias insertadas en plataformas digitales, determinadas compañías intentan abusar de la figura del arbitraje para evitar que las personas las demanden y claramente las plataformas digitales son un nicho idóneo, pues nadie lee los términos y condiciones que aceptan. Ello me incentivó para tratar de buscarle una solución a este problema y decidí acudir una figura que cualquier persona conoce desde sus cursos de contratos: las cláusulas abusivas.  

 

Por lo tanto, sostuve la tesis de que las cláusulas arbitrales impuestas a los consumidores podrían llegar a ser abusivas y por lo tanto se vulneraría el derecho a la administración de justicia de los consumidores. El arbitraje es un buen e importante instrumento para la resolución de conflictos, pero cuando se emplea mal es una hecatombe para los derechos de los consumidores. 

 

El mayor reto en estos concursos es mantener un balance, por un lado toca escribir con rigor académico pero por otro lado toca generarle al lector un deseo de leer el texto de inicio a fin. Ello a mi juicio es lo más retador, sin embargo, es pertinente precisar que este concurso estaría vacío si no fuera por la sustentación oral, pues ese es el escenario en donde el autor de un texto puede medir que tanto le gusto su texto a la audiencia. Los textos se escriben para la sociedad, no para uno mismo. 

 

Infinitas gracias Asociación Cavelier del Derecho. 

 

  •  

 

Pablo y Santiago son dos Javerianos excepcionales que destacan al interior y exterior del aula de clase. Este triunfo de ambos es fruto de su consagración y dedicación académica. Tuve la fortuna de ver la clase de “Sociedades” con ambos y soy testigo de primera mano de su amplio intelecto e inquietudes profundas. Donde muchos solo vemos normas ellos ven problemas y  oportunidades que los motivan a escribir. Felicitaciones a ambos

bottom of page