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CONSTRUCTIVAS

Sobre el suicidio

SALUD MENTAL: UN LLAMADO DE EMERGENCIA A LA EMPATÍA Y A LA NO ESTIGMATIZACIÓN 

La salud mental y la empatía son prioridad. Entrevista al Dr. José Manuel Santacruz, médico psiquiatra, profesor de la Facultad de Medicina de la Javeriana y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Psiquiatría. 

Fuente: Archivo personal

Autoras: Isabel Castrillón y Maria Paulina Santacruz 

La salud mental en Colombia es un tema que por muchos años ha sido tabú. Infortunadamente, nos enfrentamos a un mundo donde la falta de empatía y la indiferencia se convierten en norma. Desde niños, nos enseñan a reprimir las emociones, a pensar que sentirse vulnerable es ser débil y a aceptar frases como: “no puede sentirse mal porque hay otros peor que usted”, “no llore, tenga carácter”, “el psiquiatra es para los locos”, entre otras.  

 

Estas represiones generan que algunos trastornos psiquiátricos se noten cuando ya es demasiado tarde. Por ello, resulta fundamental acabar con los estigmas para entender que la salud mental es importante y que, ante los problemas, es urgente reforzar la empatía y contar con el apoyo de los más cercanos y de un profesional. FORO JAVERIANO entrevistó al doctor José Manuel Santacruz, para que nos muestre su perspectiva profesional. 

 

¿Cuáles son los trastornos psiquiátricos más frecuentes?  

 

José Manuel Santacruz: Los trastornos que con más frecuencia vemos los psiquiatras son los trastornos de ansiedad y los trastornos del estado de ánimo, específicamente los trastornos depresivos. Las enfermedades más severas como la enfermedad bipolar y las esquizofrenias son menos frecuentes. 

 

¿Cómo podríamos incentivar a las personas a buscar ayuda?   

 

JMS: Ese es el foco del asunto. Primero, porque las enfermedades psiquiátricas están muy estigmatizadas y el ejercicio de la psiquiatría también. Los tratamientos psiquiátricos llegaron muy tarde en la historia de la medicina y la era de los psicofármacos es muy reciente. Por eso, las enfermedades mentales podían llegar a ser muy disruptivas para la sociedad y en algunos casos, la falta de tratamiento llevaba a las personas a tener conductas agresivas que interrumpían el adecuado funcionamiento de la vida. En consecuencia, se hacían manicomios lejos de las ciudades, como Sibaté, para tener allá a los enfermos mentales, lo que claramente era espantoso. Si las enfermedades mentales hubieran tenido un tratamiento más temprano, la imagen que se tiene hoy podría ser muy distinta, pero eso todavía es muy reciente.  

 

Segundo, es importante saber que todos somos vulnerables. Se tiende a pensar que se trata de “falta de carácter” y lo cierto es que todos en el fondo sabemos que hemos sufrido emocionalmente. Esto, sumado a la historia y la estigmatización de las enfermedades mentales, hace que la gente intente pasarse el “trago amargo” de las enfermedades psiquiátricas más prevalentes como la depresión y la ansiedad sin buscar ayuda profesional.  

 

Lo que buscamos desde la Asociación Colombiana de Psiquiatría es romper con esos estigmas. El año pasado lanzamos la campaña “Yo también voy al psiquiatra”, con la idea de normalizar la consulta psiquiátrica e incentivar la búsqueda de ayuda profesional. 

 

¿Cómo diferenciar una depresión clínica de un periodo de tristeza temporal? 

 

JMS: Es súper difícil. Lo primero es que en psiquiatría no hay marcadores biológicos para diagnosticar. No se pueden sacar los niveles en sangre de una depresión. La tristeza es un sentimiento normal y esperable en las personas. El estado de ánimo es variable dentro de un rango determinado y lo normal del ánimo es que fluctúe y se adapte a las condiciones del entorno. Cuando uno empieza a enfermarse, esa capacidad de adaptación del estado de ánimo se altera. Esa es una clave importante para poder diagnosticar. Además, hay otras señales, como los pensamientos negativos constantes, los pensamientos finalistas, las ideas de auto-reproche y los sentimientos de culpa. 

 

¿Se ha evidenciado alguna variación en el tiempo en los intentos de suicidio y suicidios consumados?   

 

JMS: Las tasas de suicidio han aumentado notoriamente en las últimas décadas. En el mundo hay un millón de muertes anuales por suicidio. En Colombia hay un aumento progresivo, pasando de 4.5 suicidios por cada 100.000 habitantes en el 2009 a 5,93 en el 2018.  

 

Además, se ha evidenciado un cambio en cuanto a los adolescentes. Lo habitual era que en las personas mayores se registraban menos intentos y más muertes por suicidio. En los adolescentes lo que se veía era un mayor número de intentos, pero menos suicidios consumados. Ahora eso ha cambiado y los suicidios consumados en adolescentes han aumentado. Actualmente, el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes entre los 15 y 29 años. Lo que está matando a los jóvenes en el mundo, es el suicidio.  

 

En nuestro contexto universitario, ¿qué podemos hacer para enfrentar esta problemática?   

 

JMS: Debemos acabar con el estigma, no solamente en el contexto universitario sino como miembros de la sociedad. Hay campañas y seguiremos haciéndolas, pero es necesario que empecemos por nosotros mismos. En primer lugar, debemos dejar de entender las enfermedades mentales como un tema de “locura” o de “falta de carácter”. En segundo lugar, deben manejarse los problemas de salud mental en nuestro entorno, dejando de excluir a las personas, no haciendo bullying, etc. La salud mental comienza por uno, no por el del frente.  

 

Este año hicimos la campaña “Prevenir es preguntar”. Si se observan cambios de comportamiento, aislamiento, que las personas no disfrutan de las cosas, hay que preguntar y recomendar la consulta con un profesional.  

 

¿Qué comportamientos debemos evitar frente a una persona que esté en riesgo? 

 

JMS: Nunca se debe minimizar la situación y tampoco debe estigmatizarse ni excluirse a la persona. Siempre debemos acompañarla o llevarla a que pida la ayuda que necesita. Nunca debemos decir: “no pasa nada”, “eso se le quita después”. Debemos entender su situación y ofrecer ayuda y acompañamiento.  

 

¿Hasta qué punto es suficiente el apoyo de familia y amigos, y en qué momento debe acudirse a un profesional?  

 

JMS: El apoyo del circulo social y familiar siempre es fundamental, incluso para nosotros como psiquiatras, nosotros siempre evaluamos la red social y ajustamos los tratamientos dependiendo de eso. ¿Cuándo ir al profesional? Siempre que haya una ideación suicida o un pensamiento de muerte. No siempre corresponde a una enfermedad, pero sí deben evaluarse los riesgos y las posibles intervenciones. Siempre que se sospeche que hay una depresión o un trastorno en el consumo de alcohol, se debe acudir. Hay que hacer énfasis en eso: la depresión y el consumo de alcohol excesivo son condiciones potencialmente tratables que tienen una incidencia alta en el riesgo del suicidio. 

 

Según datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias, en el 2018 se suicidaron en Colombia 2696 personas, en su mayoría hombres (82.34%). ¿Por qué se suicidan más hombres que mujeres? 

 

JMS: El suicidio es un acto muy violento y agresivo. Probablemente la agresividad esté más presente en lo masculino. Los métodos más letales suelen ser más agresivos también. Los intentos de suicidio son superiores en las mujeres, pero los suicidios consumados, por la agresividad de los métodos, son más frecuentes en los hombres. También, en una cultura machista como la nuestra puede ser más difícil para los hombres buscar ayuda.  

 

Actualmente en Colombia, el suicidio representa el 10,4% de las muertes por causa externa y sobrepasa en 2,5% la tasa establecida para Suramérica que es 7,9%. ¿Esto a qué se debe? 

 

JMS: Hay muchas explicaciones de por qué varían tanto las tasas de suicidios en los países. En Colombia, yo especularía respecto a la normalización de la muerte y la pérdida del valor de la vida. Vivir en un país en guerra genera unas situaciones sociales y problemas de salud mental terribles y ahora pagamos las consecuencias de eso. Habernos matado durante 50 años no solamente trajo los muertos que ya sumamos; la guerra trajo consigo toda la problemática social derivada de las víctimas de la violencia, sus hijos, la muerte de los jóvenes y el efecto que esto tiene en los hogares. Otra cosa que es fundamental es el acceso a armas de fuego o a los métodos más letales y, lastimosamente, vivimos en un país con muchas armas de fuego. 

 

Es muy importante, además, hablar de la familia –en un sentido amplio– y de la importancia de las figuras parentales. La presencia estable, amorosa y cuidadora de los padres es vital. En Colombia, la mayoría de los hogares se encabezan por madres solteras sin figuras paternas, lo que lleva a la madre a trabajar el doble para sacar adelante a sus hijos. En consecuencia, los niños crecen sin figuras parentales estables.  

 

¿Cómo funciona el sistema de atención psicológica de la Javeriana? ¿Cree que hay oportunidades de mejora? 

 

JMS: Hay un Centro de Asesoría Psicológica y Salud (CAPS) en la Javeriana. Además, la Facultad de Psicología tiene consultores y está el Hospital San Ignacio. Nosotros, en el departamento, estamos haciendo una evaluación para ver cómo podemos articular mejor el trabajo con los consultores de psicología, con el CAPS y la unidad de salud mental. Sin embargo, debemos utilizar las EPS, que son las encargadas de prestar la atención primaria. El sistema de salud en el país debería responder frente a estas necesidades también. 

 

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