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QUERELLANDO

2019-I

Vulneración al derecho a la intimidad

PREDICANDO Y NO APLICANDO

Al parecer el derecho fundamental a la intimidad aún no le queda claro a ciertos estudiantes de derecho.

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Por: Adriana Torres

Tal parece que las exhaustivas clases de derecho constitucional acerca de los derechos fundamentales y en concreto el derecho a la intimidad, no fueron suficientes. La clase de ética que de manera forzosa debíamos ver en primer semestre fue un simple relleno de horario y la enaltecida figura del abogado javeriano honrado y de moral admirable no es más que una gran ironía. 

 

A mediados de marzo del semestre pasado, los estudiantes que en ese entonces estaban en décimo semestre celebraban su último primer día en la casa de una compañera. Entre un par de bailadas y algunas “polas”, Carolina [1], estudiante de décimo semestre accedió a irse a la casa de su compañero de clases José Daniel [2]

 

En la casa de José Daniel tuvieron relaciones sexuales consensuadas y a la media noche su compañero le pidió el favor que se fuera a su casa. Carolina sin ningún problema se paró de la cama y se empezó a vestir, mientras esto sucedía José Daniel chateaba en su celular, algo completamente normal.

 

Tres meses más tarde, ningún de los dos se volvió a hablar, no eran amigos ni cercanos, y lo de esa noche había sido solo un polvo, nada más. Sin embargo, la situación se empezó a tornar extraña cuando algunos de sus compañeros del semestre le preguntaban a Carolina de manera insistida por José Daniel. Había sido solo un polvo de una noche, ¿cuál es el misterio? 

 

En la fiesta de la facultad Carolina y José Daniel se volvieron a encontrar, bailaron y él la invito a su casa de nuevo, pero ella rechazó la invitación y se fue con sus amigos en una van que habían alquilado. De regreso a Bogotá, un amigo de Carolina le volvió a preguntar por José Daniel y nuevamente a ella le pareció muy sospechoso que después de tres meses siguieran preguntándole por un simple polvo, a lo que su amigo responde. “Es que hay una foto tuya desnuda rondando.”

 

Carolina llamó inmediatamente a José Daniel para confrontarlo y pedirle una explicación, durante la llamada quedaron en verse en un Crepes&Waffles al día siguiente, donde él le explicaría con calma toda la situación. Ese viernes en la tarde se vieron y Carolina interrogó a José Daniel, él sin dudarlo le negó todo, le afirmó que él no había sido el que había tomado esa foto, que eso era un simple chisme y que mejor después de comer se fueran a tomar unas “polas” y se olvidarán de esta situación. No obstante, ella siguió insistiendo en una explicación, pues la situación era bastante extraña, teniendo en cuenta que ya eran muchos los compañeros que le habían hablado sobre la existencia de esa foto. Al cabo de un tiempo de darle bastantes vueltas a la situación, por fin José Daniel confesó lo que había hecho: “en la foto solo salía tu espalda y no salía tu cara, bueno si se te veía un seno, esta bien se veían los dos…y también tu cara”. En efecto, esa noche después de haber tenido relaciones sexuales, mientras Carolina se cambiaba, José Daniel le había tomado una foto desnuda y se la había compartido con sus amigos. 

 

Este personaje no solo había violado por completo la intimidad de Carolina tomándole una foto desnuda sin su consentimiento, sino que además la había difundido y cuando ella le pidió que diera unas disculpas públicas de lo que había sucedido y que así ella podría dejar toda la situación atrás, José Daniel se negó; “…chismes hay de todo el mundo, dime el nombre de alguien del semestre y hay chisme,” lo siento José Daniel pero esto no es un chisme, es la realidad, violaste la intimidad de alguien de la forma más denigrante. 

 

Finalmente, Carolina puso la denuncia en la facultad, pero esta no pasó a mayores, puesto que la falta de solidaridad de algunos de sus compañeros para dar su testimonio impidió que el proceso continuará. Irónico como estudiantes de derecho, enseñados a buscar justicia, se niegan a ayudar a una compañera a hacer justicia. 

 

José Daniel, irónicamente estudiante de derecho, nunca recibió ninguna sanción por lo que hizo, y posiblemente jamás la reciba, pero no queda más que como estudiantes hacer un rechazo social a estas situaciones. ¿Cómo es posible que eventos así se den entre estudiantes de derecho? ¿Dónde queda la admirable moral de aquellos que en un futuro serán quienes administren justicia en nuestro país? Parece que muchos están predicando, pero no aplicando. 

 

[1]Nombres ficticios.

[2]Nombres ficticios.

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