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#LO ÚLTIMO Y SEPARATAS

Sobre los chocolates, las flores y las felicitaciones.

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Por: Geraldine Pardo Duque

Pexels.com

El 8 de marzo es considerado internacionalmente el día de la mujer. Es un día que tiene ocasión, para unos, la trágica muerte de mujeres trabajadoras en una fábrica incineradas. Esta tragedia, hubiera podido evitarse si las mujeres no hubieran estado encerradas bajo llave porque así hubieran podido salir. Pero para ese entonces, las garantías laborales y de dignidad humana en el trabajo para las mujeres eran nulas. Otros consideran que el día surge con ocasión a las protestas y luchas de las mujeres por la igualdad en el derecho al voto, salarios iguales, jornadas de trabajo dignas, divorcio, apertura sin autorización de un hombre de cuentas bancarias, derechos reproductivos, entre otros.

Ahora bien, existen muchas discusiones respecto de si es un día para celebrar, felicitar a las mujeres y dar regalos. O bien si es un día para conmemorar, honrar a las mujeres, no felicitar y no dar obsequios porque es algo machista. 

Para responder esa pregunta, creo que hay que preguntarse antes en qué momentos se dan regalos en la vida. Los seres humanos, a lo largo de los siglos hemos entregado presentes y ofrendas para expresar amor, admiración, y celebración por un hecho o circunstancia positivo para las partes, o incluso para expresar empatia por el dolor ajeno. Por otro lado, las celebraciones tienen lugar cuando hay circunstancias positivas especiales que merecen ser recordadas desde la felicidad. 

Creo que ambas posiciones son válidas y tienen cabida en la sociedad, siempre y cuando no se limite únicamente al 8 de marzo; la conmemoración, celebración y admiración deben existir todos los días. 

Yo celebro todos los días la valentía de las mujeres que me permitieron tener la posibilidad de elegir y ser elegida, de estudiar una carrera pensada para los hombres porque supuestamente las mujeres éramos demasiado histéricas para saber qué era lo justo. Celebro la vida y lucha de las mujeres que exigen igualdad salarial y seguridad social entre géneros. Celebro a quienes me dieron la posibilidad de elegir divorciarme, abortar y realizar cualquier negocio jurídico con la mayoría de edad. La verdad, me llena de alegría que más personas celebren la valentía con tanta felicidad como yo. ¿Y los regalos? Qué lindo que todos y todas expresemos nuestro cariño y admiración por otras mujeres por levantarse todos los días para trabajar por sus sueños y romper el techo de cristal. Pero más que nada, celebro la vida y existencia de las mujeres, porque la vida es un milagro en sí mismo y más cuando las asesinan todos los días; los chocolates y las flores son un lenguaje válido para expresarlo. 

Sí es necesario conmemorar y recordar, y debe ser todos los días. Pero el dolor por las tragedias no tienen que ser un obstáculo para celebrarnos todos los días por existir en un mundo donde violan, torturan y asesinan mujeres todos los días; y menos aún, para celebrarnos por ser valientes y exigir lo que es nuestro.

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