EN EL SEXTO
Una experiencia enriquecedora, tanto académica como humanamente
Destacada participación de Javerianos en el Moot Court de Libre Competencia
Algunas memorias del equipo que participó en el más reciente Moot Court de libre competencia. Gracias a ellos por dejar el nombre de la Javeriana en alto.
Por: José Javier Osorio Quintero y David Alejandro Cáceres Guerrero
Alejandro Bernal Rey, Maria Paulina Rendón Rodríguez, Daniel Anzola Ortiz, Samara Sanguino Peña y Gabriel Melo Giraldo son los miembros del más reciente equipo de la Facultad de Ciencias Jurídicas que se coronó subcampeón del Moot Court de Libre Competencia organizado por la Universidad del Pacífico y la firma Bullard Falla Ezcurra +. En dicho encuentro, se contó con la presencia de universiades de Colombia, Chile, México, Perú, España, Argentina y Paraguay. Este prestigioso concurso internacional se realizó en Perú entre el 9 y el 12 de agosto del presente año.
Foro Javeriano tuvo la oportunidad de charlar con los miembros del equipo sobre su experiencia, preparación y anécdotas. Su resumen global de la experiencia es que los cinco días en Perú fueron maravillosos pero la preparación es muy difícil; hoy agradecen haber persistido y están orgullosos de haber participado.
Lo que más sucede con los concursos es que las personas se enteran de su existencia por “el voz a voz” de quienes han participado en ocasiones anteriores. Muchas veces las personas no saben si quiera de la existencia de estas oportunidades. El trámite en nuestra Facultad es inscribir una clase y competir.
La asignatura de este concurso se llama “Prácticas en Derecho Económico” y, por las fechas del concurso, solo se abre el primer semestre de cada año. La clase tiene un límite de inscripció de 10 personas. Los profesores/coaches son Olga María Mutis Ordóñez, Carlos Andrés Esguerra Cifuentes y Hernán Antonio Panesso Mercado, más adelante hablaremos de ellos. A lo largo del semestre, las personas que inscriben la clase solo se ven en horario de clase y van estudiando temas álgidos de competencia como las nuevas plataformas y los datos.
El caso del concurso llegó en abril y todos empezaron a prepararlo y trabajar en los memoriales, audiencias, escritos y demás. Al final del semestre, en una audiencia, definieron quiénes participarían en el concurso.
En vacaciones, intentaron reunirse una o dos veces por semana para realizar audiencias en firmas, las cuales llegaron a alargarse incluso hasta la medianoche. Es agotador pero sin duda eso fue lo que mejor los preparó. El trabajo en equipo también fue algo difícil al comienzo, pues a duras penas se sabían los nombres de los demás; no había una amistad o relación previa que facilitara el trabajo. Concluyen por unanimidad que, una de las claves para poder haber tenido un buen desempeño, fue haber compartido el fin de semana previo al viaje en una finca en Subachoque; la unión y camaradería que desarrollaron allí los unió y alentó para lo que les esperaba.
Este año, el reto del viaje fue aún mayor que el del año pasado dado que la Javeriana solo patrocina a dos participantes, no a cinco. En cuanto a la financiación de las tres personas adicionales, es destacable la labor de Carlos Esguerra para conseguir patrocinios de varios socios de firmas de Competencia. Se destaca el apoyo de Uribe Yáñez Asesores Legales, Esguerra Asesores Jurídicos, Bermudez y Esguerra Abogados, Serrano Martínez, Advocat, Ibarra Rimôn y Grupo Valor. A la hora de la verdad, a cada participante le correspondió efectuar el pago de únicamente $77.000.
A pesar del balance perfecto entre los coaches: amplio conocimiento en temas de competencia de Hernán, claridad y proyección de Carlos y networking, apoyo incondicional y perspicacia de Olga, al concurso solo viajaron los dos últimos junto a los participantes. Sin embargo, el grupo reconoce que fueron las enseñanzas y el respaldo de los tres lo que les permitió llegar tan lejos.
El tema del concurso fue determinar si los bancos tienen la potestad de tener un papel regulatorio cuando está amenazada la estabilidad financiera debido a las criptomonedas, fue un poco armonizar el derecho de la competencia con el derecho financiero.
A nivel del concurso, todos los equipos deben ir preparados para ser demandantes o demandados según un sorteo previo a la audiencia. Es apenas lógico el hecho que, dentro de los 15 equipos presentes, no faltaba el que iba en plan paseo, fiesta, amigos y demás. El equipo Javeriano iba concentrado en el concurso a tal nivel de dormir escasas 3 horas diarias por quedarse estudiando hasta tarde. Contaron con la fortuna que, las habitaciones que les asignaron, se encontraban unidas por una sala que se volvió su sitio de reunión.
Los equipos eran bastante disímiles los unos de los otros. Ellos eran cinco y había algunos de hasta diez participantes. La semifinal del concurso fue contra la Pontificia Universidad Católica de Chile, cuyo equipo estaba compuesto por 8 economistas de maestría que “los volvieron nada en economía”. El equipo se salvó y pudo avanzar porque, a su juicio, dcidieron optar por irse de caballeros cuando el juez les preguntó que era lo mejor y peor de su contraparte; su respuesta fue que eran el mejor equipo que habían enfrentado. Tras el veredicto, uno de los chilenos, Matías Fernández, se acercó a felicitarlos y darles toda la argumentación económica que ellos tenían. Ya era muy sobre el tiempo, pero agradecieron ese gesto.
El último día del concurso es bastante agotador, pues se realizan las audiencias de cuartos de final, semifinal y final. La final se la disputaron con la Universidad de Chile (diferente a la de la semifinal) y se realizó en un auditorio el doble de grande que el Galán, el cual estaba repleto de “Alfonsos Mirandas”. A pesar de haber sido una audiencia complicada y larga, cuando Samara y Gabriel, los oradores colombianos en la final, se bajaron de la tarima, todas las personas los felicitaron y auguraron su triunfo. Estaban tan seguros de haber ganado que Olga les dijo que movieran los morrales para cuando tuvieran que salir corriendo a recibir el premio.
La tensión por el fallo fue aumentando y la emoción de los Javerianos creciendo cuando muchos de los premios individuales se los ganaron ellos. El culmen de su emoción fue cuando, el premio de mejor interrogatorio, que tradicionalmente se lo dan a los que quedan en segundo lugar a título de consolación, se lo dieron a los chilenos.
El triunfo se lo llevaron los chilenos pero el aprendizaje, la experiencia, los momentos y la amistad es el mayor premio que les quedó a los colombianos. Sin duda los $10.000 dólares de premio al equipo ganador no les habría caído nada mal dada su naturaleza de ser totalmente disponibles. ¿El premio al segundo puesto? Una placa que dice segundo lugar.
La cercanía y el apoyo de Carlos y Olga durante el concurso fue determinante. La claridad de Carlos en cuanto al caso los ayudaba a organizar sus ideas y salir de dudas; su entrega por la preparación y el buen desempeño fue hasta el último minuto. Rumbo a una audiencia, les explicó el régimen de protección de datos y lo que los jueces podían preguntarle al respecto. Olga no solo estuvo muy presente en la preparación sino en el concurso, sus contactos, amigos y ayuda fueron útiles incluso para conseguir un descuento en el hotel. Adicional a sus conocimientos jurídico-económicos, su participación en distintos juicios simulados, Moot Courts y competencias fue clave por los tips y recomendaciones.
A pesar de que la clase de competencia en la Javeriana es muy buena, no alcanza a llegar a temas de protección de datos, criptoactivos y demás que se están estudiando en la Unión Europea. Adicional a lo anterior, quizá las claves para su buen desempeño radiquen en la unidad de equipo en cuanto a sus motivaciones de estar allí, la preparación exhaustiva que tuvieron, las audiencias con diferentes jueces que les dijeran lo que podían mejorar y el apoyo incondicional de sus entrenadores sumado a su experiencia en otros concursos.
Al preguntarles por anécdotas del concurso, nos comparten tres que procedemos a sintetizar. Irónicamente, en dos está relacionado el Dr. Alejandro Falla Jara, uno de los socios de la firma y una verdadera autoridad en temas de libre mercado y competencia.
Debido a que en cada audiencia solo pueden hablar dos personas, los otros tres iban a las demás audiencias para ver a los oradores, escuchar argumentos, réplicas y estrategias. En una de esas indagaciones, Daniel fue muy exagerado en su labor investigativa y decidió tomarle foto a una gráficas del equipo del TEC de Monterrey. Una de las participantes de ese grupo le dijo que no se podían tomar foto. Daniel, esperando dejar a la mexicana con la boca cerrada, le preguntó al Dr. Falla para corroborar que tenía la razón. La respuesta que obtuvo fue: “Yo creo que mejor no”. Sin más remedio que pedir excusas, tuvo que dejar de tomar fotos pero la contraparte quedo “rayada”.
En la clasificación para octavos de final, a la Javeriana le tocó competir con el equipo del TEC de Monterrey y ellos, pensando que lso colombianos ya tenían copiada toda su argumentación como como demandantes, optaron por ser demandados. Esta decisión les jugó en contra, pues ellos tenían más fuerte su otra posición. En suma, “casi acabamos con las relaciones diplomáticas con México”, rematan entre risas.
Saliendo de otra audiencia, Maria Paulina se le acercó a Alejandro para preguntarle por su desempeño: Alejo! Cómo te fue?. En esas, iba pasando el Dr. Falla y tras escuchar su nombre volteó asombrado, pero no dijo nada. Días después, cuando le contaron lo sucedido a algunas personas de la firma organizadora, quienes les compartieron que dentro de la firma ronda el chiste interno de que incluso los hijos y familiares del Dr. Falla le dicen “Doctor” por el respeto que le tienen. El equipo compara lo sucedido con llegar y decirle “Juanchito” al Dr. Juan Carlos Esguerra Portocarrero.
La anécdota más calamitosa de todas fue sin duda la de la última noche/madrugada último día. Tras haber recibido los premios, el equipo salió a rumbear a pesar de que al día siguiente tenían vuelo a las 8:00am. Daniel y Alejandro llegaron al hotel después de las 4:00am con la intención de empacar sus maletas, dormir un poco y salir para el aeropuerto, pues el abordaje era a las 7:12am. La realidad es que llegaron tan cansados que optaron por dormir 20 minutos, empacar, dormir de nuevo y salir para el aeropuerto. La catástrofe estaba casi cantada. Los 20 minutos se alargaron hasta las 7:12am. Empacaron a las carreras lo que pudieron y vieron estaba a la mano. En medio de todo lo que debían llevar, Alejandro no guardó lo más importante: su pasaporte.
Samara estaba esperándolos en el lobby y cuando procedían a salir el recepcionista le dijo que debía hacer el check-out. Samara se rio, le dijo que si no se iba perdería su vuelo, le entregó la tarjeta y le aseguró que Olga lo hacía por ella. Al llegar al aeropuerto, pidieron el favor que los dejaran pasar por una fila prioritaria. No saben cómo pero terminaron ingresando por la entrada de diplomáticos; gracias a eso no perdieron el vuelo.
El tránsito por los países de la Comunidad Andina de Naciones es posible con la cédula de ciudadanía, sin embargo, el funcionario migratorio le dijo a Alejandro que debía salir con el mismo documento con el que había entrado. Su respuesta/clamor: “Está en sus manos”. Olga tenía un vuelo más tarde y pudo traerle su pasaporte.
El equipo tiene muchas ideas e intenciones para los próximos Moot Courts. Lo inicial es seguir vinculados para orientar y compartir sus aprendizajes con los próximos participantes. Ven importante que el sentido de grupo y la creación de comunidad esté más presente en sus necesidades. La integración de procesos con la carrera de Economía es la respuesta para ser “invencibles”. La obtención de mayor financiación por parte de la Universidad es imperioso para poder enviar un equipo más grande.
No queda sino felicitar al equipo, a los coaches e incentivar a los Javerianos a que particpen de estos espacios académicos-amistosos-culturales, para que, como su nombre lo indica: aprendan haciendo amigos y conociendo otras culturas.