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OPINIÓN

2020-II

COVID-19, MÁS ALLÁ DE UN PUNTO EN LA AGENDA DEL PODER

Por: Paula Andrea Tavera

Se debe tener imparcialidad al momento de evaluar la emergencia de la pandemia que atraviesa el mundo. Es clave empezar en cómo los colombianos evaluamos dicha emergencia, pues para muchos no son sorpresa los trinos frente a la discriminación hacia el cuerpo médico del país y aún más, la falta de información respecto a cómo los médicos han afrontado desde su postura como personal de la salud y ciudadanos común y corriente. Tres médicos fueron entrevistados y enfrentan la situación desde diferentes hospitales de la ciudad de Bogotá. 

 

En principio, la alerta por la pandemia originada en Wuhan, China fue pronunciada a finales de diciembre del 2019, sin embargo en Colombia se alertó a mediados de enero, lo que seguidamente condujo a entrar en estado de cuarentena a principios del mes de marzo del 2020. A raíz de esto, el personal médico colombiano a presentado una serie de actos de discriminación en los últimos meses, a causa del temor de los ciudadanos en ser contagiados, pues el contínuo paso por hospitales es punto de alerta al contagio del virus. Estas repetidas situaciones en diferentes espacios para algunos eran percibidas con sorpresa, pues las personas dudaban en subir al ascensor con una persona del área de la salud, y los demás no se han topado con algun acto de discriminación. 

 

A lo largo de los cuatro meses e inicio del quinto mes del año, el Gobierno Nacional se ha pronunciado repetidas veces, con el fin de velar por la seguridad de los colombianos y así mismo, se han organizado diferentes actividades para acudir a los más necesitarios. No obstante, desde el área de la salud expresan que el gobierno ha hecho avances en cuanto infraestructura, sin embargo el apoyo al personal de la salud es muy poco. La gran mayoría cuentan con contratos por prestación de servicios, en donde no se brindan las garantías ni las prestaciones que si existen en otros ámbitos. En cuanto a los decretos en los cuales pretenden obligar al personal de salud a prestar sus servicios, no se garantizan las condiciones de seguridad mínimas, ni se asegura el acceso a los equipos de protección individual (EPI). Por otro lado, afirman que el expresar verbalmente un apoyo económico y un apoyo a través de la Administradora de Riesgos Laborales (ARL), con exigencia de suministrar elementos de protección y capacitación, no es evidencia de un apoyo constante y transparente, pues hasta el día de hoy, no se han evidenciado. 

 

Siendo así que, el Ministerio de Salud y Protección Social enfrentará nuevos retos en la medida que en tiempos de pandemia se recortan recursos en general para poderlos destinar a la atención de la misma. De igual manera, deben tener presente un adecuado control de contagio y muertos, con las suficientes pruebas seguidamente, la seguridad salud para todo el país. 

 

Ahora bien, el panorama dentro de las instituciones médicas no es del todo opaco como se cree, dado que las directivas de los hospitales donde ejercen están dispuestas a escuchar y han abierto canales para comunicación en general y también para ayuda psicológica en caso de ser requerida. En los hospitales se han seguido los lineamientos del gobierno, haciendo las adecuaciones estructurales pertinentes para tener espacios COVID y no COVID, además su entrenamiento es constante en el uso de EPI y la atención correcta ante los pacientes sospechosos y confirmados; una consulta de calidad se define desde la empatía con el paciente.

 

De igual forma, la fase inicial que tienen todos los médicos de forjar criterio y de tomar confianza en la decisiones, va a ser más difícil, dado que en este periodo de pandemia, todo lo que se conoce varía cada día. Para médicos en formación y aquellos que acaban de graduarse durante este periodo, se presentan una serie de desafios que por un lado, pueden verse desde un choque al verse enfrentados a no tener apoyo tanto en el lugar de trabajo, pues inicialmente, a nivel mundial existirá un desbordamiento de las instituciones de salud y así mismo, el nuevo reto recaerá en dignificar el quehacer médico. 

 

En esta medida, el personal médico crece exponencialmente desde una perspectiva del entender a fondo qué es lo realmente importante y qué queda en un segundo plano,  pues se aprende a manejar eventos estresantes desde una óptica más ética, pues ello formará su capacidad de definir qué es lo que se debe atender de inmediato y que otras cosas pueden aguardar un poco más. En cuanto al sistema hospitalario es una oportunidad para que el Gobierno Nacional se de cuenta que debe aumentar la inversión en salud, mejorar el acceso a todos los niveles y garantizar las condiciones óptimas para el desarrollo de sus respectivas prácticas.

 

De este modo, se fortalece su compromiso con la humanidad, con ellos mismos y con su carrera, la cual afirman que ha tenido un impacto positivo en la medida que día a día fortalecen su lazo en pro del bienestar del otro.  Por último, cabe resaltar la siguiente cita de esta entrevista, “creo que nunca había sido tan importante recordar el porqué elegimos está vida y lo que juramos el día que nos graduamos.”

 

Agradezco especialmente a David Bravo, Carolina Suárez y Alejandra Sánchez, por su disposición y gran labor como médicos durante esta pandemia.

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