INVESTIGATIVO
El robo del siglo, la versión colombiana de la serie
LA CASA DE PAPEL COLOMBIANA
Este año se cumplen 25 años de uno de los robos más cuantiosos del mundo. Entre el 16 y 17 de octubre de 1994, 14 personas robaron 24.072 millones de pesos en efectivo del Banco de la República en Valledupar, aproximadamente 187 mil millones de pesos hoy en día.
Fuente: Archivo Personal
Por: Camila Solano Mantilla
En la madrugada del 16 de octubre de 1994 se inició uno de los robos más grandes del mundo. Después de meses de rigurosa planeación y a causa de la complicidad de varios funcionarios del banco, 14 delincuentes se robaron 24.072 millones de pesos en efectivo del Banco de la República de Valledupar. Fue un robo alarmante; lo que se robaron equivalía al 35 % del PIB de todo el país, en ese momento. Hace 25 años, Colombia fue víctima de su propia versión de la Casa de Papel, con la diferencia que, acá, el robo fue aún mayor.
ETAPA DE PLANEACIÓN
Los involucrados duraron ocho meses planeando meticulosamente cada detalle. Investigaron por este periodo de tiempo las instalaciones del banco, el sistema de alarma y las cámaras de seguridad. Al principio, sólo querían robar los cajeros, pero después surgió un plan más ambicioso, asaltar la millonaria bóveda de seguridad. Elkin Susa, uno de los cerebros del asalto, pidió dos máquinas a Canadá para romper el blindaje de la bóveda, por las que pagó 22 mil dólares. Después, entrenaron a tres de los coautores para poder usarlas. “Mandamos a hacer una tapa de acero con las especificaciones de la bóveda y ahí los entrenamos”, dice Elkin. La complicidad de ingenieros, dos policías, el cajero, el tesorero y uno de los guardias de seguridad del banco, fueron piezas claves para poder llevar a cabo el robo del siglo. Los delincuentes les ofrecieron entre 500 y 1.000 millones de la época, cuando el salario mínimo era de 98.700 pesos.
El DÍA DEL ROBO
El 16 octubre de 1994, 14 hombres entraron al Banco de Valledupar con la excusa de reparar el aire acondicionado, que llevaba dañado una semana. Ingresaron en un camión rojo marca Dodge 300. Llegaron sin ningún inconveniente a la bóveda, uno de los celadores y cómplices los guio y apagó el sistema de seguridad. Con las máquinas que habían adquirido, intentaron abrir la puerta principal de la bóveda, pero no fue posible. “El topo”, uno de los coautores que era un ingeniero especialista en tapas, sugirió entrar a la bóveda por una tapa auxiliar. Finalmente, luego de varias horas, pudieron abrir la bóveda. A las 10 de la noche, lograron hacer un agujero en la tapa auxiliar de aproximadamente 30 x 20 cm, por este agujero empezaron a saquear el dinero. Primero, sacaron los billetes de 10.000, luego los de 5.000 y después los de 2.000, sin embargo, no alcanzaron a robar los de 1.000 porque ya no cabía nada más en el camión. También tuvieron que dejar todos los materiales que habían usado para infiltrarse, entre ellos, pipetas de oxígeno, cables, guantes, destornilladores y pinzas.
Duraron 22 horas dentro del banco; entraron a las 6:00 a.m. del domingo y abandonaron el lugar a las 4:00 a.m. del lunes festivo. Salieron famélicos y deshidratados, pero 24 mil millones más ricos. Más adelante, llegaron a Colchoflex, una colchonería que era su centro de operaciones. Ahí, trasbordaron el dinero a otros camiones y se dirigieron a una finca. Allí, redistribuyeron los billetes en cajas grandes de cigarrillos Marlboro. “A mí me tocaron dos partes por haber financiado y participado, fueron como 1180 millones de pesos, de esa época”, dice Elkin Susa.
LOS BILLETES VALLENATOS
De los 24.072 millones de pesos, 18.560 millones eran billetes que no habían salido al público, 3.700 millones eran billetes nuevos con series conocidas y 1.812 millones eran billetes que ya habían circulado. Los millones circulados fueron imposibles de rastrear porque no se conocía su número de serie. La estrategia del Banco de la República fue quitar de circulación estos billetes y crear otros nuevos. El gobierno pidió a los ciudadanos canjear los billetes que correspondieran a esta serie por los nuevos en las entidades financieras. Los llamados popularmente billetes vallenatos perdieron su validez monetaria en octubre de 1997. Con esta estrategia, el banco logró recuperar los billetes por 18 mil millones de pesos.
EL GERENTE
Marco Emilio Zabala, gerente del banco desde 1993, fue acusado injustamente de haber participado en el robo, lo que lo llevó a pagar alrededor de cuatro años de cárcel. Un tiempo después de lo sucedido, fue despedido injustamente por Miguel Urrutia, gerente general. Más adelante, fue vinculado al atraco. Zabala estaba en su casa cuando le dijeron que habían robado el banco. Inmediatamente llegó al lugar de los hechos, hicieron un recorrido y en general, no se veía nada fuera de lo común. No obstante, al bajar al sótano se abrió el ascensor y encontraron el piso sucio y empantanado. En ese momento descubrieron todos los utensilios que habían usado los delincuentes junto con 6.000 millones de pesos que dejaron atrás. Él afirmó que todo fue parte de una estrategia para tener un chivo expiatorio que pagara por los platos rotos de los autores del robo. De igual manera, insistió que él no tuvo nada que ver ni por acción ni por omisión. Ahora bien, el 29 de abril de 1996, Jaime Zabala fue declarado inocente de los hechos por los que fue inculpado por la Fiscalía General de la Nación.
EL DESENLACE
Después de más de 100 investigaciones, fueron condenadas 26 personas por el robo del siglo; se les imputaron penas entre 7 y 17 años de prisión. Alfredo Serrano escribió un libro en el que detalla todo el robo de una forma cinematográfica, titulada Así robé el banco. A la mayoría de los implicados se les extinguió el dominio de sus propiedades en un intento fallido por recuperar el dinero. “El cerebro, ya falleció, fue asesinado en Cali. Nando, el líder de la banda murió de un infarto en San Andrés. El topo, tomando trago en una piscina en Melgar, falleció porque se resbaló. Otros han sido asesinados por otras cosas. De todos quedamos como tres o cuatro”, comenta Elkin Susa.
DATOS CURIOSOS
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Para el Banco de la República, fue más fácil retirar de circulación todos los billetes y crear nuevos, que recuperar lo que se habían robado.
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Cuando el camión estaba entrando al parqueadero con los delincuentes, se apagó y con ayuda de algunos peatones que pasaban por ahí, lo pudieron prender.
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Las compañías aseguradoras decidieron responder por la totalidad del robo el 29 de marzo de 1995.
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Hoy en día, la serie de billetes robados son llamados popularmente los billetes vallenatos.
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Sobraron los billetes de menor denominación porque no fue posible llevar todo. Los ladrones dejaron aproximadamente 6.000 millones de pesos en la bóveda.
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Más de 100 personas fueron investigadas por El Robo del Siglo.
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Los ladrones crearon un explosivo de mentira con PVC, plastilina y cables y se lo pusieron a un vigilante. El hombre quedó petrificado porque pensó que era dinamita, pero era un juguete inofensivo.
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De acuerdo con Alfredo Serrano, escritor del libro Así robé el banco, en el que se relata esta historia, dos de los cómplices están sueltos6.