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PERFIL

“Sobre todas las cosas trato de ser un buen ser humano”

Juan Pablo Quintero Rodríguez

Foro Javeriano se adentra en la vida de uno de los profesores más queridos de la Facultad, de esos que más que preocuparse por las notas se preocupa por las personas. 

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Fuente: Archivo personal Juan Pablo Quintero

Por: José Javier Osorio Quintero, Geraldine Pardo Duque y Nicolás Gómez González 

Al inicio de la entrevista, muy emocionado, el Dr. Quintero nos compartió que, en los años 2008 y 2010, como miembro del Consejo Editorial de Foro Javeriano, él era el encargado de hacer “Perfiles” a los profesores. Las vueltas de la vida y sobre todo su esfuerzo y dedicación permitieron que 15 años después hiciera parte de esta selecta sección. 

 

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A Juan Pablo Quintero Rodríguez le gusta definirse a si mismo como lo hace en Instagram: “Abogado. Esposo, papá y hermano”. “Sobre todas las cosas trato de ser un buen ser humano, esa es una de las máximas de mi vida”, complementa. Es Abogado Javeriano, especialista en Derecho de Sociedades de la misma Casa de Estudios y LL.M en Northwestern University Pritzker School of Law (Chicago, IL). Hace 8 años y un par de meses es profesor del Departamento de Derecho Procesal de nuestra Facultad. 

 

Nació en Bucaramanga, Santander, el 21 de septiembre de 1986, en una “familia muy particular”. Ambos progenitores son de Norte de Santander: su padre de Ocaña, pero se terminó criando en Aguachica, Cesar, por lo cual es muy alegre; su madre es de Pamplona, una cultura más seria y fría. Es el menor de 3 hermanos del matrimonio y tiene un hermano más pequeño que recién se graduó del colegio. 

 

Su padre se dedicó toda la vida a la política local santandereana y su madre se alternó entre estar dedicada al hogar y ejercer como abogada en diferentes entidades públicas como la DIAN. Recién cumplió 1 año de nacido a su padre lo nombran Auditor de la Federación Nacional de Cafeteros en Buenos Aires, Argentina, y viven 2 años en dicho país bajo una especie de estatus diplomático. La familia Quintero Rodríguez vivió sabroso gracias al pago en dólares en una época de hiperinflación en Argentina. El resto de su infancia transcurrió en Bucaramanga. 

 

Estudió en el Colegio San Pedro Claver, de la Compañía de Jesús, al cual ingresó en 1992 y se graduó en 2005 aunque debió terminar en 2004 pero optó por realizar un intercambio en Oregon, Estados Unidos. La “familia anfitriona” estaba compuesta por Sheri Treadwell, una mujer que había adoptado a Marat James, un niño de 8 años de Kasajstán. Recuerda la experiencia como algo espectacular y aún guardan estrechos vínculos. De hecho, cuando terminó su LL.M, Sheri acudió a su graduación junto a su esposa.  

 

Otro punto importante de su historia es que su madre lo inscribió en clases musicales en Batuta desde los 5 años. Allí aprendió a tocar el violín “muy bien” y luego paso a la viola, la cual pudo interpretar en la Filarmónica de Santander. 

 

Ha compartido gran parte de su vida con dos recordados profesores de la Facultad: Michael Monclou Chaparro y Santiago Sanmiguel Garcés (ambos también ex-miembros del Consejo Editorial de Foro Javeriano), con el primero comparte desde Batuta y con el segundo desde 6º grado. Junto a Efraín Ardila y sus dos grandes amigos fundó una banda llamada “Estorake”, el cual es el término dado en Bucaramanga a las formas de las montañas causadas por la erosión. Esperando que algún día lleguen a la fama, el día y a la hora de la entrevista el cantante (Efraín) estaba grabando las voces de la próxima canción que la agrupación está por sacar. 

 

La educación integral que imparten en los colegios de la Compañía de Jesús fue determinante para la personas que es actualmente. En el Colegio San Pedro Claver estuvo vinculado a la Pastoral por medio de los Campamentos Misión, los Encuentros con Cristo y los Curso Talleres de Formación Integral. Junto a Monclou fueron en avión a Barranquilla al Curso Taller “Curramba 1” y recuerda con risas el pavor que a su amigo le generaban los aviones, “Quiero que eso quede en el registro”, puntualiza. 

 

Habiendo crecido entre políticos y admirado el gran poder que manejaban es apenas lógico que se soñara con ser uno de ellos. El dilema aumento debido al amor a la música, pero su hermano del medio, quien sí es músico profesional, le pidió cuando estaba en 11º que por favor estudiara derecho y no siguiera sus pasos pues él no tenía muy claro que hacer con su vida y no quería cargar más a sus padres, lo cual inclinó la balanza.  

 

La certeza absoluta la tuvo gracias a un nuevo Rector que llegó al Colegio San Pedro Claver: el Padre Gerardo Arango Puerta S.J. (Q.E.P.D.), en cuya memoria se erigió el hoy conocido “Edificio de Artes”. El Padre Arango S.J. venía de ser Vicerrector de la Universidad Gregoriana de Roma, Italia, y Rector de la Pontificia Universidad Javeriana. Quintero aprovechó la oportunidad para hablar con él sobre su futuro profesional y entablaron una relación “muy chévere”. En una de sus charlas le confesó que quería ser político pero el derecho también le sonaba. “Mira, yo soy muy amigo de Fernando Hinestrosa, entonces si quisieras ser Fiscal yo te diría te vas para el Externado ya, pero como me dices que quieres ser político y eventualmente hacer algo diferente yo te recomiendo la Javeriana por dos razones: 1.) Te va a dictar clase la crema y nata del derecho, pero también de la política y 2.) La Javeriana es una familia, entonces los profesores van a estar pendiente de tu y los conocerás de una forma más personal”.  

 

En sus años de universitario era tan juicioso que su nombre salía en los informes de los mejores promedios que publicaba el Padre Luis Fernando Álvarez Londoño S.J.. No todo fue fácil, pues tras perder el primer quiz con el Dr. Carlos Darío Barrera Tapias pensó que el derecho no era para él, así que asistió a las formaciones en técnicas de estudio y talentos que organizaba el Dr. Hernando Gutiérrez Prieto y el resultado fue que una de sus mayores habilidades era la comunicación. “Guti” le dijo que tenía que encontrar formas para poner en ejercicio sus habilidades y así llegó a Foro Javeriano. En esa época, para entrar al Consejo Editorial tenían que enviar una entrevista y una crónica, la cual enfocó en criticar a un miembro del periódico que se estaba postulando para ser Representante de los Estudiantes al Consejo de la Facultad. Ante la sorpresa de haber logrado entrar aún criticando a un miembro de grupo su pensamiento fue: “Este es mi lugar”. Considera que la actividad periodística de Foro Javeriano como una de las mejores experiencias universitarias. Recuerda que cuando Álvaro Uribe Vélez terminó la Presidencia, la primera entrevista que dio a un medio de comunicación fue a este prestigioso periódico, al igual que una de las pocas entrevistas que dios su esposa, Lina Moreno de Uribe. 

 

Junto a “Estorake” tuvo mucha actividad en su época de Universidad, pero cuando no tenía ensayos ni presentaciones prefería dormir toda la tarde y estudiar en las noches. Siempre se esforzó por aportar y darle dinamismo a las discusiones en clase. Gran parte de su vida universitaria la vivió como “local”: su hermano mayor fue el primero en irse a Bogotá en 1996 y su mamá siempre dijo que cuando 2 de sus 3 hijos se fueran a la capital ella se iría. En efecto así fue y terminó regresando a Bucaramanga cuando Quintero estaba en 8º semestre. 

 

Los profesores que más recuerda del pregrado son el Dr. Carlos Álvarez Pereira y la Dra. Sylvia Herrera Aguilera. El primero, por edad y honra, pero también por las palabras que les dios la última clase de la carrera, por su humor negro, y porque en su forma de calificar encontró inspiración: si el estudiante tiene el concepto claro no hay necesidad de complicarle la vida. A la segunda la recuerda por la amplia rigurosidad, disciplina e investigación que imprimió en el Consultorio Jurídico. 

 

Su LL.M lo realizó en Northwestern University Pritzker School of Law. Es un programa con una exigencia muy dura porque es por temporadas concentradas. El programa es executive pero no virtual sino presencial de una forma “hiper mega intensa”. Los períodos son en septiembre, noviembre y en la primavera. Luego vienen los exámenes que también son muy difíciles. El diferencial de estos programas es que los estudiantes no se desconectan de su vida y por eso pudo conocer muchos socios de grandes firmas de Bogotá con quienes guarda una estrecha amistad. 

 

Frente a la docencia nos comparte que siempre lo quiso ser, pues le parece la actividad más chévere y satisfactoria que puede haber. Edgar Romero, a quien conoció cuando trabajaban en la oficina de Enrique Gómez y María Isabel Zurek, le contó que había una oportunidad para dictar “Probatorio Civil” en el nuevo plan de estudios. El Dr. Munévar le hizo una entrevista y a pesar de gustarle su perfil le hacía falta experiencia docente así que inició como su profesor asistente en la materia “Medios de Prueba”. 3 años después dio su primera clase de “Procesal Civil”. Lo que más le gusta de ser profesor es poder conectar con sus estudiantes, preguntarles por su vida, por su familia, por la novia y por todas aquellas cosas que no son propiamente “¿Cuál es el término para contestar una demanda?”. En una Universidad Jesuita debe prevalecer la educación integral según la cual el ser humano es más de lo que sabe y lo que trabaja. 

 

Su vida laboral la inició en 2008, cuando estaba en las vacaciones entre 5º y 6º, como patinador en Deloitte. Más adelante entró a GAV Abogados y en 2014 sintió que ya era el momento de volar solo. Hace unos años entró como socio a una firma pero concluyó que le va mejor trabajando solo o en asocio con otros abogados o firmas pero desde una posición independiente. Le gusta mucho trabajar con estudiantes porque le gusta seguir formando y además considera que el sentido de la humildad que los caracteriza los previene de cometer muchos errores en los que caen los abogados recién graduados. Sus grandes maestros son Guillermo Villalba, en Derecho Societario, y Enrique Gómez, Francisco Ochoa y Jaime Girón, en Derecho Procesal. 

 

Conformó su familia junto a María Camila Rojas, y actualmente tienen a José Pablo y Juan Marco. Se casaron un día antes de su grado como abogado, cuando él tenía 27 y ella 22. Desde el momento que se sentaron a tomar un café por primera vez supo que se iba a casar con ella. “Ella lo es todo, es lo mejor que me ha dado la vida”. Le encantaría que sus hijos fueran Abogados Javerianos, pues de las mejores cosas que le debe a Dios es haber pasado por esta Universidad y en general de haber estado relacionado con la Compañía de Jesús. 

 

Si pudiera hablar con alguien lo haría con Dios. Es una persona muy creyente y le interesa mucho lo que Él piense, al igual que está plenamente seguro de que le interesan todos los aspectos de su vida. Su libro preferido es “El sueño del celta” de Mario Vargas Llosa. 

 

En 20 años se ve enseñando en la Javeriana y quiere que su trabajo sea más eficiente y eficaz hacia sus clientes. Quiere que sus hijos ya estén formando familia y su esposa y él se encuentren en una estabilidad plena que les dure por 50 años más. 

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