PERFIL
“Antes que formar abogados, quiero formar personas”
Iván Camilo Jiménez:
“Soy simplemente yo”
Foro Javeriano tuvo la oportunidad de adentrarse un poco en la vida Iván Camilo Jiménez, profesor de planta e investigador del Semillero de Investigación en Derecho Laboral, abogado javeriano y fundador del grupo “Ale: Consultoría con Propósito”. Hablamos un poco de todo, la vida, la felicidad, y alguna que otra historia.
Fuente: Archivo personal Iván Jiménez
Por: Nicolás Gómez González, Geraldine Pardo Duque y José Javier Osorio Quintero
Se describe a sí mismo como un ser humano, cree fielmente que una persona se compone de las múltiples esferas de su personalidad. En su caso: abogado javeriano, asesor empresarial, docente, esposo, hermano e hijo. Pero, ante todo, es una persona que intenta construir cada día una mejor versión de sí mismo. Ante su respuesta fue inevitable preguntarle cómo de todas las carreras que existen hoy decidió estudiar derecho, y no sólo derecho, sino derecho en la Javeriana, con una sonrisa en el rostro nos respondió.
Cuenta que desde su época escolar tuvo siempre el deseo de generar un cambio, un impacto positivo en las personas de tal forma que su vida se consagrara a ayudar al otro. Este pensamiento lo llevaría a poner dos posibles candidatas sobre la mesa, medicina y derecho. De aquel dilema surgieron dos argumentos decisorios, el primero, afirma él, fue uno “banal y tonto”, y, el otro, “un poco más interiorizado y razonable”. El primero, partió de su propia familia, hijo de un médico —y no cualquier médico, un muy buen médico, afirma el propio Iván— consideró que no sería apropiado vivir del nombre de su padre, aún menos ser el “hijo del doctor Jiménez”. Mientras que, el segundo, fue que al reflexionar sobre la carrera de derecho consideró que esta podía tener un mayor impacto en la vida de las personas, “yo tenía la idea que los abogados impactaban mucho en la generación de leyes y políticas públicas, y por ese entonces me gustaba mucho el sector público”.
El tiempo lo llevaría a conocer aún más el derecho, y apoyado por su familia acabaría en la facultad de derecho de la Universidad Javeriana, época que recuerda como “una de las etapas más bonitas de mi vida”. De esos cinco años de carrera recuerda como cada clase, cada profesor y cada compañero le permitió poco a poco conocer mejor el mundo, y no solo el mundo, sino, a sí mismo. Entender que “lo que para mí era una vida normal, realmente era un privilegio”. De sus mejores amigos comenta que aún conserva algunos del colegio, pero las mejores amistades que conocería y conservaría serían justamente en la universidad, sobre esto cuenta con una sonrisa como “ahí se construyó una idea de comunidad muy bonita (...) y con eso entendí que el valor agregado más importante que me dio la universidad fue las amistades que uno hace y los aprendizajes que adquiere”.
De anécdotas e historias nos trasladamos a charlas filosóficas, de cómo entendemos la felicidad, y de si la felicidad verdaderamente recae en las pequeñas cosas, aunque un poco pensativo, Iván nos compartió sus ideas. Cree que la felicidad es un camino en el que no sabemos qué es la felicidad hasta cuando estamos tristes. Se trata de construir un propósito y de entender que cada uno tenemos un camino (ni mejor ni peor al del otro) donde, pese a los momentos de tristeza y felicidad, al final logramos comprender qué es lo que nos hace felices.
Al terminar su carrera cuenta que solo tenía una idea en la cabeza, trabajar para aprender. Su amor por el derecho laboral, uno que había cultivado durante los cinco años de carrera así y su deseo por aprender se materializó cuando de la mano de Juan Pablo López, en aquel entonces director del departamento de Derecho Laboral, le presentó la oportunidad de trabajar con él. Ante la solicitud, el doctor López lo entrevistaría y poco tiempo después comenzaría a trabajar en López & Asociados. De aquellos 5 años de experiencia recuerda “... me iba bien, me querían mucho (...) valoraban mucho mi trabajo y me lo hacían sentir (...) me dieron la posibilidad de crecer, teniendo el sueño de quizá llegar a ser socio”.
La vida de litigio no duraría mucho, pues cumplidos los 5 años en la firma tocaría a su puerta la persona menos esperada, una cazatalentos, ya que un amigo lo había recomendado para un puesto de alta dirección en una firma. Parecía que cumplía con todos los requisitos para el puesto, menos uno, la edad, “decían que yo era todavía muy joven”, comenta entre risas. A pesar de todo, dejaría López & Asociados para convertirse en Asociado Director del área de derecho laboral en la firma Escobar-García, todo esto, con tan solo 27 años.
2019 marcaría un año de mucha reflexión, no solo por lo vivido en los últimos años, sino porque sería justo el año de la pandemia del COVID-19. En tiempos de cuarentena dedico mucho tiempo a reflexionar frente a su vida profesional “me preguntaba si esto era lo que en realidad quería en mi vida, o si tal vez solo estaba alimentando mi ego…”. Al final, se daría cuenta que su propósito no se encontraría en las firmas, no quería ser el abogado de saco y corbata toda la vida. Aquella idea se materializaría una mañana del 2020 cuando, conflictuado por la situación, su esposa le diría “—¿y por qué no solo renuncias?”. El resultado no terminaría siendo el que esperaba, habiendo renunciado a su trabajo comenzaría su vida de independiente (mientras esperaba se abriera una plaza como docente en la Javeriana “misma, que no se abrió, en ese, momento”, nos cuenta), fue entonces que nacería Ale: Consultoría con Propósito, un homenaje a su hermana, Alejandra.
Confiesa que es muy feliz, se siente rodeado de personas que lo aman y valoran por lo que es y no por lo que hace. Siente el apoyo incondicional de sus compañeros, colegas y familia. Guarda un especial cariño por su universidad, la cual le enseñó todo lo que hoy sabe, y lo que aún le queda por aprender. Reconoce que lo mejor para él ha sido compartir conocimiento, se emociona cada día que entra a un aula. Le encanta conocer personas nuevas, y, más importante aún, impartir todo su conocimiento con el mismo cariño que ha tenido desde la primera vez.
Del futuro, sueña con ser papá, cree que está llegando el momento de comenzar una familia junto a su esposa. Desea continuar con la construcción de su propósito, impulsando “Ale” hasta el último momento y sin importar lo que venga en el camino, ayudar a todas las personas que pueda desde el lugar y el puesto que sea, impulsando el talento humano desde aquello que nos hace felices, verdaderamente felices.
Pues bien, él es Iván Jiménez el amigo, el profe, el abogado. Un compañero más que sin importar de dónde venimos y para dónde vamos cree que no hay nada más importante en esta vida que hacer aquello que nos haga felices, lo demás puede pasar a segundo plano, “ya después vendrán otras cosas, se los prometo…”