QUERELLANDO
El feminismo desde una perspectiva independiente
MACHISMO CULTURAL DISFRAZADO DE FEMINISMO MODERNO
Muchos dicen ser feministas, pero no lo reflejan en su actuar, pues su cultura contradice su deseo de igualdad de género
Fuente: Pexles.com
Por: Nicolás Castellanos
Entiendo que mi historia les parezca interesante, pues acabo de entrar al mundo moderno. Verán, yo nací y me crie en una comunidad independiente al mundo de hoy. Nosotros, cultivábamos nuestra propia comida y teníamos nuestra propia cultura, aislada de lo que conocen como globalización. Desde mi entrada al mundo moderno hace cuatro semestres, he podido notar los grandes contrastes que hay entre el mundo de hoy y mi pequeño pedazo de espacio en el universo. En esta columna, me gustaría relatar mi encuentro con el feminismo.
Todo comenzó el día que unos amigos me invitaron a una discoteca. Debo admitir que esa noche yo iba de casería, como decían mis amigos, pues imagínense haber estado toda tu vida con las mismas 20 mujeres. Con mi objetivo en mente, fui a hablar con un par de mujeres en la barra. Después de mirarme ácidamente, las dos mujeres se fueron. Tras el rechazo, en mi confusión, decidí ir a bailar con mis amigos y esperar a ver si una mujer venia a coquetearme. Pensé que eso llegaría a pasar, pues en mi cultura no es extraño que eso suceda. Además, tenía la impresión de que las mujeres del mundo moderno, al autodenominarse feministas, no iban a tener mayor problema en ir a coquetearle a un hombre; sin embargo, estaba mal. Cerca de finalizar la noche, le pedí un consejo a mi amigo Tomás, quien me dijo: “No sea marica, tómese unos tragos más para matar los nervios y vaya hasta que se consiga una perra”. Al contarle de mi primera experiencia con las mujeres me contestó: “Es que usted no puede llegar a hablarles así como un marica, tiene que llegar bien macho a tratarlas mal, eso les gusta”. Esa noche llegué a mi casa más confundido que nunca y decidí ponerme a investigar. Hoy en día, entiendo que la cultura moderna es machista, y que el termino feminismo es muy ambiguo.
Consulté el tema con algunos de mis amigos y amigas y conseguí varias definiciones diferentes. Algunos me decían que feminismo era la prevalencia del matriarcado sobre el patriarcado, otros que era el resentimiento femenino porque realmente el hombre era superior. La definición más justa que encontré decía que el feminismo es igualdad de género.
Si dejáramos a un lado la etimología de la palabra feminismo, y tomáramos la última definición mencionada, de acuerdo a mi humilde y corta experiencia en el mundo moderno, podría decir, que se necesita del feminismo para equilibrar la balanza. No obstante, ese feminismo tiene que impregnarse en la cultura moderna.
No soy nadie para juzgar y sé que las comparaciones son odiosas, pero en mi cultura, consideramos que tanto el hombre como la mujer pueden iniciar el coqueteo o se pueden sacar a bailar el uno al otro. Es cuestión de igualdad de género, pues las mujeres también poseen la capacidad de elegir al hombre al que le quieren “echar los perros”. Este ejemplo puede sonar simple y estúpido, pero es un pequeño cambio cultural que desencadenaría una serie de cambios en las tradiciones del mundo moderno, llevándolo a la igualdad de género. Otra tradición que encuentro bastante confusa es la labor que tiene el hombre de pagar la cuenta en la primera cita. Cuando estuve en esa situación, me deje llevar por la igualdad de género y aconseje pagar “miti-miti”, fui acusado de tacaño. La verdad no se que hacer en muchas situaciones, pues el deseo de feminismo me dice algo, pero la cultura machista determina otra cosa.
Ni hablar del matrimonio, no importa si la mujer quiere casarse o no, se ve condenada a esperar a que el hombre se le proponga, pues la tradición determina que el hombre es quien toma esta decisión.
Es irónico, pues las mujeres imponen a las mismas mujeres esta cultura machista. Yo veo a mis amigas tildándose de “fáciles” o “perras” las unas a las otras porque “una se dio besos con dos manes en una noche” o porque “Marta fue a caerle a Jaime sin que él le dijera nada”.
Solo concluyo que, como hombre entrando a la cultura del feminismo moderno, tengo mucho que aprender, y le pido a las mujeres el favor de que me enseñen, pues apoyo su causa. También les aconsejo que tengan en cuenta que las revoluciones empiezan con los pequeños cambios culturales y depende de ellas marcar el ritmo de esos cambios.