QUERELLANDO
Los planes de estudio de ciertas carreras de la universidad deberían ser más dinámicos de lo que realmente son
Un llamado a estudiar los planes de estudio
La universidad tiene que pensar y cambiar las clases que nos imparte y los requisitos que nos pide para ser profesionales integrales.
Fuente: Pexels
Autor: Eduardo Aldana Salazar
Para nadie es un secreto que la Javeriana, reconocida institución educativa a nivel nacional e internacional, ha sido la cuna de destacados profesionales en casi todas las áreas en las que ofrece programas profesionales. Sin embargo, un reclamo común surge entre muchos estudiantes: ¡LOS PLANES DE ESTUDIO NO ESTÁN ACORDE A LA REALIDAD ACTUAL! Toca ponerlo en mayúsculas porque esto debería ser un grito a una sola voz de los estudiantes.
Las quejas más frecuentes comparten un punto en común: un enfoque repetitivo y la falta de materias que doten a los estudiantes de las herramientas prácticas necesarias para su desarrollo profesional. Si bien es cierto que estos planes se actualizan "constantemente", no lo hacen a la velocidad que la demanda laboral exige. La mayoría de las carreras, y sobre todo las de tipo humano y social, deberían tener un enfoque mucho más dinámico y estar cada vez más actualizadas para reflejar la realidad que cambia día a día. Uno de los aspectos más preocupantes del plan de estudio actual radica en su carácter repetitivo. Se observan materias que se solapan en contenido, abordando desde diferentes perspectivas temas ya cubiertos previamente. Esta redundancia no solo genera tedio en los estudiantes, sino que limita la profundidad en el análisis y la adquisición de nuevas perspectivas.
Está claro que estos planes de estudio están bien estructurados y, seguramente, cualquier cambio que se les haga estará meticulosamente pensado y ordenado para que resulte de la mejor manera. Pero ¿mucha teoría y poca práctica? ¿Qué tan bien está eso? En el caso de mi carrera, Ciencia Política, de la que puedo y solo debo hablar dado que es la que conozco y vivo diariamente, se evidencia una total falta de actualización en algunos contenidos curriculares.
Si bien la base teórica es sólida, la aplicación práctica y el análisis de coyunturas políticas actuales resultan limitados. La incorporación de estudios de caso recientes, debates sobre temas emergentes y la participación de expertos en áreas especializadas enriquecerían la formación y la prepararían para enfrentar los retos del mundo actual.
Otro punto que es importante mencionar, es que muchas materias están desconectadas de la realidad. La oferta de cursos, si bien es amplia, no siempre se alinea con las necesidades del mercado laboral actual. Se dedica demasiado tiempo a temáticas históricas y filosóficas, importantes para enseñarnos a pensar, mas no a actuar, lo que hace que se descuiden aspectos fundamentales para el ejercicio profesional.
Habilidades como la capacidad de redacción, el debate, el uso de redes sociales, la comunicación asertiva y el sinfín de habilidades blandas necesarias para la vida real, no están presentes. También es cierto que estas no se pueden aprender, pero sí se pueden entrenar y de alguna manera también pueden ser educadas.
La habilidad de redactar de manera clara, coherente y persuasiva va más allá de la simple transmisión de ideas por escrito. Es uno de los temas que más abandonados esta por parte de la facultad. En el contexto de la Ciencia Política, donde la comunicación efectiva es clave para influir en la opinión pública, negociar acuerdos políticos y elaborar propuestas legislativas, la redacción se convierte en un instrumento poderoso para expresar ideas, argumentar con solidez y persuadir a audiencias diversas.
La brecha digital es otro tema que, en que la planilla curricular de la facultad brilla por su ausencia. En un mundo cada vez más digitalizado, es imperativo que los estudiantes de Ciencia Política adquieran sólidas habilidades en el manejo de herramientas tecnológicas, la gestión de datos y la comunicación en entornos virtuales. Sin embargo, el plan de estudios actual esta materia parece estar rezagada en este aspecto, dejando a los estudiantes con un vacío en competencias digitales tan necesarias para el desempeño profesional en el siglo XXI. Estamos hablando de un mundo y de un siglo en el cual las redes sociales han tenido la capacidad de mover gente al punto de llevarlos a ser presidente.
Ahora bien, otro punto que es importante tocar es lo difícil que puede llegar a ser graduarse. La universidad actualmente enfrenta la necesidad importante de actualizar sus métodos de graduación para adaptarse a las demandas cambiantes de la educación superior. Dado que el entorno educativo vive en constante evolución, es crucial que nuestra institución académica revise y modifiquen sus procesos de graduación para garantizar que los estudiantes estén preparados de manera integral para enfrentar los desafíos del mundo laboral y social actual. De nada sirve tener que hacer una tesis, si no se sabe bien que voy a hacer cuando esté trabajando.