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ESPECIAL

El deporte en Colombia, con Alberto Páez.  

Foro Javeriano tuvo la oportunidad de sentarse a hablar con el doctor Alberto Páez, quien además de su profesión de abogado, ha dedicado su vida al deporte propiamente, y a muchas otras cosas que lo rodean.  

Alberto Páez.HEIC

Fuente: Archivo Alberto Páez

Por: David Alejandro Cáceres Guerrero y José Javier Osorio Quintero 

Alberto Mario Páez Bastidas es abogado Javeriano y socio fundador de Alumbra Asesores. Su vida, además del derecho, ha estado impregnada transversalmente por el deporte, así que conoce a fondo muy bien cómo funciona en Colombia. Foro Javeriano tuvo la oportunidad de sentarse a charlar con él; conversación en la que se tocaron temas muy interesantes, desde todo el caos sociopolítico relacionado a la organización de los Juegos Panamericanos en Barranquilla, hasta la importancia del deporte en la vida de un abogado.  

 

Si bien este era un artículo que planeaba ser muy técnico y responder a una pregunta concreta, en el camino nos hemos dado cuenta de que lo que queremos resaltar de la charla con el Dr. Paéz se centra en cómo va el deporte en Colombia y hacia a donde apunta, también atendiendo al especial de esta edición de Foro Javeriano.  

 

Antes de empezar, en la conversación con el Dr. Alberto se tocó con amplitud el tema de la no realización de los Juegos Panamericanos en Barranquilla, tópico que nos daría para otro artículo completo. En todo caso, ante la temporalidad de los asuntos, no podemos dejar de mencionar que es realmente decepcionante – y el Dr. es enfático en esto – que por “trifulcas” políticas, ajenas a la realidad del deporte, la ciudad de Barranquilla, siendo idónea, no pueda presentarse al mundo como la organizadora de estos juegos. Ahora sí, adentrémonos con el deporte en Colombia.  

 

El deporte, para el Dr. Paéz, es un estilo de vida que pasa por dinámicas que forman y construyen ciudadanía. En sus palabras, “un deportista es una persona respetuosa, disciplinada y que entiende el largo plazo”. Es alguien que, por su formación, sabe del trabajo en equipo, de la política del esfuerzo y de la ley de la justicia práctica. Un país que pretenda encaminar sus fines a los de una sociedad pacífica, culta y respetuosa, no debería jamás dejar de contemplar al deporte como una de las herramientas más transformadoras de todas.  

 

La problemática del deporte en Colombia viene cuando el Estado no denota una preocupación real por invertir en él. Al punto de que no se puede hacer deporte confiando en el apoyo del aparato estatal, sino que este, paradójicamente, aparece cuando empiezan a llegar los logros. En este sentido, el Dr. Alberto nos cuenta que las entidades territoriales juegan un rol determinante, pues tienen autonomía presupuestal para determinar que tanta importancia le dan a la política del deporte. El ejemplo del Valle del Cauca es claro, ya que es uno de los departamentos que más destaca en competencias deportivas, resultado de ser el que más invierte en él. Siendo una de las zonas más afectadas por el conflicto, es interesantísimo como la política gubernamental apuesta tan fuerte por el deporte dado que, en un principio, uno diría que hay prioridades más allá, como la pobreza, la hambruna o el propio conflicto; sin embargo, nos remitimos al primer punto: el aporte sobre el crecimiento personal que da el deporte es inigualable. El Dr. Paéz es tajante con una pregunta: "¿qué deportista muere de hambre?"

 

Adicional a lo anterior, comenta, desde una perspectiva más cercana al ciudadano, dos causales del problema. Por un lado, la inexistencia de una política universitaria del deporte, donde ni siquiera las propias instituciones educativas se han preocupado por tenerla. No puede ser que la universidad sea un impedimento en la vida de alguien que pretende ser deportista. Los incentivos, las becas y los reconocimientos han quedado relegados a un segundo plano en las organizaciones, que no ven en el deporte un potencial aliado para la expansión de sus proyectos educativos. Podemos sentirnos muy javerianos, sin duda, pero del amor también surge la autocrítica. La universidad debería explorar las posibilidades de otorgar becas deportivas. El apoyo de la institución es clave, y las formas de manifestarlo son infinitas: electivas homologadas, clases virtuales, becas. En general, la universidad debería acompañar la vida del deportista, no hacérsela más díficil.  

 

Por otro lado, se hace presente la microcorrupción particular. Ya siendo pocos los esfuerzos que hace el Estado en materia presupuestal, los que logran concretarse, se ven aturdidos por profesores que roban los materiales, por acuerdos fuera de lo legal y lo ético, con todas las demás maneras en que intereses ajenos al deporte logran inmiscuirse en sus estructuras. Sobre este particular, el Dr. Paéz afirma que es necesario repensarse la estructura del Sistema General del Deporte, pues hay muchos intermediarios y bastante burocracia. Ministerio del Deporte, Comité Olímpico Colombiano, Federaciones, Ligas, y Clubes, es el camino organizacional por el que tienen que pasar los recursos antes de llegar al deportista. Una idea sería eliminar las ligas, y que los Clubes sean quienes directamente se apoyen en las Federaciones.  

 

El Estado, las Gobernaciones, las Alcaldías, las Universidades y las familias no pueden dejar de tener como norte o al menos en consideración, la práctica deportiva como una fuente de unión, progreso y construcción de comunidad. El Dr. Paéz agradece intensamente a sus papás por el apoyo que le han dado, desde sus inicios, en un colegio cuya apuesta de formación pasaba seriamente por el deporte. Hoy en día tiene y hace parte de un club de Waterpolo más grande del país, por el que trabaja, aunque le cueste canas.  

 

A los jóvenes que inician en el “mundillo”, les aconseja tener claro que la derrota está asegurada, pero que, con trabajo duro, esfuerzo y valores, llegarán los triunfos. Los insta a que busquen soporte en sus familias y en sus círculos cercanos, además de encontrar en el deporte una salida a los problemas del día a día y a dinámicas que se alejan de un buen hacer social. Concluye, diciéndonos que el deporte ha sido clave en su desarrollo de la profesión como abogado, pues, “nada mejor que las soluciones a casos que salen estado en una piscina. Es como si el cerebro se apagara para pensar más claro”.  

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