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DE LOS DIRECTORES

Sobre nuestro futuro 

DISCURSO INTERGALÁCTICO

Foro Javeriano intercepto ondas espaciales y esto es lo que traducían

Por: Orlando David Buelvas Dajud

En el marco de la celebración por el octavo centenario de la universidad intergaláctica realizado en la galaxia Messier 88, se pronunció el siguiente discurso por el Doctor Cesius Bam, maestro emérito de aquella institución nacido en júpiter y de 129 años de edad. Aquí el discurso: 

“Es un honor para mí estar reunido con todos ustedes el día de hoy. Agradezco a los que han viajado millones de años luz para que juntos, celebremos este momento tan significativo como lo son los primeros 800 años de la universidad intergaláctica y los 800 años de paz entre las razas del cosmos. Para ello, quiero dedicar mi discurso a una singular raza que ya desapareció varios milenios atrás y que ha sido una incógnita para los estudiosos del tema. Esta es, la raza humana. 

Sabemos que la raza humana trataba de unos seres bípedos de piel lisa que podían ser de distintos tonos y cuerpos de diferentes estaturas.  Se llamaban a sí mismos racionales y eso es lo que discutiremos hoy. Según los estudios realizados por medio de los aceleradores de partículas y los simuladores nucleares, pudimos establecer que los humanos desaparecieron en un punto del espacio-tiempo que ellos mismos definían como el año 2070. Llamaban a su planeta “tierra” y afirmaban ser el único cuerpo celeste con vida inteligente. Eran seres egocéntricos que maltrataban a las demás formas de vida, al parecer por placer. Algunos de los motivos de su desaparición fue la total destrucción de su capa de ozono y la propagación de cierto virus. Esto se dio bajo dudosas condiciones, pues entre peor estaba la situación, menos hacían por mejorarla, hasta el punto de que sus líderes renegaban que hubiese problemas de tal índole. Afirmaban, “el bienestar de la naturaleza no debía impedir el desarrollo del mercado, pues esto afectaría la economía”. Fue difícil, pero al final entendimos que el “mercado” era su dios, el cual, en el occidente del planeta, se representaba con una cruz y en oriente, le rezaban en unas urnas llamadas mezquitas. 

Estos singulares seres acudían a una actividad que denominaban guerra; venía siendo un evento violento donde acababan sus vidas entre sí. No se entiende por qué, pero los que declaraban la tal guerra, eran los líderes que no tomaban actividad alguna en aquel violento acto y los que iban armados eran los más jóvenes, sin más motivos que una orden de odio. Para nosotros, es imposible entender cómo unos perdían sus vidas por otros encerrados en oficinas. 

En los últimos años de la raza, cada individuo cargaba siempre con un dispositivo llamado celular. Hemos concluido que tal aparato es lo que les permitía pensar, pues todos presentaban gran dependencia de aquel; por lo que entendemos que no eran seres independientes, al menos intelectualmente. 

Fue curioso también ver como se dividían y se discriminaban por sexos y razas. Los humanos tendían a llamarse débiles entre sí por cuestiones como el tono de piel, el sexo, el lugar de nacimiento y hasta condiciones económicas. Este ha sido uno de los motivos que nos ha llevado a dudar en mayor grado de su racionalidad. 

Algo que nunca pudimos comprender fue la llamada moral, pues todos los humanos hablaban de ser correctos y “coherentes moralmente”. Pero una constante en su historia fue la corrupción, el engaño y el odio. Definitivamente, es seguro afirmar que eran inestables psicológicamente o que la hipocresía los venció desde sus inicios. 

Otro tema importante y de resaltar era como ellos entendían el mundo. Creían que sus vidas eran lo más importante y que su raza era más poderosa. Ciertamente, vivían poco tiempo y sus fuerzas eran escazas. Tal vez fue esa arrogancia la que los condeno en 2070 a morir por contaminación y enfermedad. Eran seres que se creían inmortales, aunque solo vivían lo que para otros aquí es un lapso de tiempo irrelevante. 

Revisando nuestros estudios, también fue iluminador en nuestra investigación el determinar que la raza humana nunca conoció la paz. Parece que le daban más valor a algo llamado dinero por lo que luchaban todas sus cortas vidas. 

Finalmente, y en resumen de nuestra investigación de trabajo, concluimos que fueron una raza triste, desubicada y dividida. Serán el ejemplo para las generaciones venideras sobre las consecuencias a las que puede acarrear el odio y la ignorancia. Aun así, no nos preocupemos tanto con su extinción. No fue mucho lo perdido, el universo es basto y no tiene memoria de quienes lo desprecian. Muchas gracias.” 

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