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QUERELLANDO

2019-IV

¿Qué tiene la palabra libertad, que como humanidad, siempre nos ha llamado tanto la atención?

Decidir con libertad

Como humanidad siempre hemos querido ser libres, queremos tener la capacidad de hacer aquello que queramos y no detenernos hasta alcanzarlo.

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Fuente: Pexels

Por: Valentina Ortega Prieto

Cuando pienso en la palabra libertad me pregunto qué la hace tan apetecible; al final es solo una palabra más en el diccionario. Sin embargo, aunque trate de convencerme de que así es, no lo es. Esta palabra ha marcado a la humanidad y ha generado su constante  búsqueda. Es por eso mismo, por esa necesidad humana de libertad que la idea de buscarla siempre me ha llamado la atención y ha hecho que me pregunte si ya la encontramos.

A lo largo de la historia, el ser humano ha clamado por libertad una y otra vez. Desde la famosa revolución francesa, hasta nuestras propias campañas libertadoras latinoamericanas, han sido gritos de libertad. Se podría llegar a pensar que, después de tantos ejemplos y guerras, finalmente lo hemos logrado y ya no tendríamos que seguir pidiendo libertad. No obstante, sin importar cuántas veces hayamos peleado por ser libres, siempre encontramos nuevas ideas por las cuales luchar y cosas por defender. De repente parece como si pelear por la libertad hiciera parte de nuestra esencia como seres humanos; aquello que nos caracteriza.

Es en medio de ese clamor por libertad que hacemos en las revoluciones que me surge la pregunta si realmente esa lucha es solo externa o, también, se da en el ámbito interno, en nuestras pequeñas decisiones diarias.

Esta duda me surgió un día en una clase en la que el profesor nos preguntó: ¿por qué causas saldríamos a marchar? Mientras todos pensábamos en qué causas e injusticias queríamos defender, uno de mis compañeros dijo algo inesperado. En vez de decir que efectivamente se encontraba interesado en defender una u otra, dijo que solo marcharía por algo en lo que pudiera estar seguro de que no estaba siendo manipulado por las masas. Esta persona quería sentirse libre en medio de la revolución, sentir que estaba tomando sus propias decisiones y no que alguien más lo estaba haciendo actuar de cierta forma.

En ese momento, me di cuenta que la lucha por la libertad no solo tenía que darse en el exterior, también se daba al interior de cada ser humano que quiere decidir con libertad, teniendo la certeza de que no están decidiendo por él.

En un mundo tan interconectado como en el que vivimos, en el que estamos mostrando constantemente lo que hacemos por redes sociales, esta pregunta tiene extrema relevancia, ya que estamos frecuentemente rodeados de escándalos que muestran lo fácil que es manipularnos por estas plataformas. Al final, estas cuentan con todos los datos sobre nuestros gustos y preferencias, por lo que allí pueden llegar a vendernos cualquier idea de la perfección. Poniendo nuevamente en duda nuestra libertad, esta vez materializada en la toma de decisiones.

Si es así, y realmente estas plataformas tienen la capacidad de robarnos un poco de nuestra libertad de decisión; la pregunta es quién está detrás de todo esto, ¿quién está guiando nuestras decisiones? La respuesta fácil es el mercado que nos va guiando hacia el consumo, pero no creo que sea tan simple.

Junto con el mercado, de por medio, hay intereses de terceros en esta lectura. Intereses que se interponen en nuestras decisiones y nos hacen actuar repentinamente de una manera determinada. De un momento a otro, por acciones de terceros, se elige el presidente de EE.UU. utilizando datos de cuentas de Facebook para una campaña electoral; o se difunden videos falsos de invasiones a conjuntos residenciales, a través de chats privados, para causar pánico en la ciudad de Bogotá, durante la noche. En ambos casos, se causan reacciones por parte de la gente, haciendo que esta vote por un candidato determinado o salga a la calle a defender un conjunto que no estaba siendo atacado.

El punto al que quiero llegar con todo esto, es que: el mundo en que vivimos, en el que todo se mueve por redes sociales, es muy fácil llegar a ser influenciados sin darnos cuenta. Por lo que, este artículo es más una invitación a seguir luchando por esa la libertad de decidir. Una invitación a preguntarnos si realmente estamos decidiendo o si lo están haciendo por nosotros. Y, después de hacernos esa pregunta, es una invitación a hacer todo lo posible por seguir teniendo esa libertad de decisión, porque no hay nada más humano que querer ser libre, en especial, en nuestras propias decisiones; por más de que tengamos que seguir luchando.

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