QUERELLANDO
Una mirada mas amplia del problema
Crisis energética en el Caribe
La crisis no se ha dado porque los costeños tengan una cultura de poco ahorro o de robo, es un círculo macabro al que ha llevado el colonialismo energético de nuestro país.
Fuente: W Radio
Autor: Julian Echeverry-Guerra y Nicolas Montenegro
El caribe colombiano ha sido protagonista últimamente debido a la gran crisis energética y a la indiferencia que se ha tenido frente a este tema por parte de los últimos gobiernos nacionales. El congreso de la república tiene al menos 50 congresistas del Caribe que se han unido en pro de ejercer presión y que se pueda encontrar una solución pronta para los miles de hogares caribes que hoy necesitan de un país que respete la dignidad de una región. Las soluciones que se plantean desde sectores como ANDESCO (Asociación Nacional De Empresas De Servicios Públicos Y Comunicaciones) es que en el caribe se debe generar un mayor ahorro de energía, dejando de lado el inequitativo cobro que se está viviendo. Si hiciéramos una comparación en cifras del precio de la energía en el interior del país y la costa Caribe nos damos cuenta de que el problema va mucho más allá de un simple ahorro. En Bogotá el precio del Kilovatio arranca en $354,03 pesos mientras que en ciudades como Barranquilla y Montería supera los $1000 pesos. La diferencia es evidente y mientras el sector empresarial de servicios públicos desconoce que sea un tema de inequidad en el cobro energético, el presidente de la república gasta sus esfuerzos en decidir si se debe cambiar o no el escudo de Colombia.
Este Gobierno prometió que el precio de la energía en el caribe iba a disminuir. De las primeras acciones del presidente Petro en su gobierno fue tomar control de la CREG (Comisión de Regulación de Energía y Gas) algo que claramente le salió mal. Los problemas del país no se pueden seguir solucionando con golpetazos en la mesa y decisiones autoritarias contra las instituciones técnicas del Estado. Han pasado ya dos años y seguimos sin solucionar el problema y la CREG hasta las últimas semanas estuvo en crisis por la falta de quorum para tomar decisiones.
Muchas personas tratan de explicar el problema de los altos costos en la energía del caribe argumentando que la cultura de los costeños es de no pagar la energía, y aún más, de que un gran número de ellos prefieren robarle a la red pública en vez de pagar. Una mirada simplista y que denota la histórica discriminación centralista en nuestro país, donde por un lado todos estamos de acuerdo en que se sigan construyendo termo eléctricas, hidroeléctricas, parques eólicos y demás generadoras en el Caribe, pero nadie se quiere apropiar de garantizar que la región que suple de gran energía tenga al menos un buen servicio. Solo para enlistar unos ejemplos: Gecelca y Urra en Córdoba, los diversos parques eólicos en La Guajira, TEBSA en Barranquilla y muchísimas otras. El Caribe colombiano no alcanza a consumir la energía que produce. Los entes territoriales como alcaldías y gobernaciones no tienen en su mayoría participación sobre estas empresas que pertenecen o a sectores privados o al gobierno nacional. El país ha tenido una visión colonialista incluso dentro del mismo territorio, propendiendo por explorar más recursos en la periferia para solventar las necesidades de las principales ciudades en el interior.
El Caribe se encuentra en un círculo vicioso en donde no se tiene ningún sentido de pertenencia frente a estas generadoras de energía pues fueron externos quienes llegaron al territorio a quemar el carbón, represar los ríos y poner sus hélices. Lo único que han dejado es malos servicios y altas tarifas. Pensaron que sacando Electricaribe se acababa el problema, pero para el día a día de las personas lo único que cambio fue un logo, un letrero y un uniforme de los operadores. Los problemas continúan porque estas empresas no son capaces de frenar los robos e incrementan las tarifas para suplir las perdidas, no mejoran el servicio y nadie tiene sentido de pertenencia porque nada de lo que pasa en el territorio se siente propio. Lo que se está generando es un incentivo macabro a la informalidad y al robo.
El Gobierno Nacional como respuesta a la presión de los congresistas caribes que se unieron en un solo bloque por la crisis energética convoco a una cumbre. Cumbre a la que no asistió el presidente de la república quien en campaña se dio a conocer como el presidente costeño oriundo de Ciénaga de Oro, Córdoba. Los mandatarios locales decidieron no asistir ante la falta de respuesta, las soluciones no pueden ser cumbres. El ministro de minas de todas formas asistió a la cumbre con los congresistas y mandatarios que aceptaron la convocatoria. Lo único que hizo el ministro fue un acto de presencia, no llegó con una respuesta, una solución o un plan técnico sobre el que se pudiera actuar. Una burla.
Ya es hora de que como país dejemos de ver el Caribe como el patio de atrás del que extraemos los recursos sin dejar ni un grano de desarrollo en el territorio. Los costeños deberían tener mayor autonomía sobre los problemas que se enfrentan porque desde el gobierno nacional les quedo grande solucionar e impulsar el caribe. No es un problema del Gobierno Petro, ha sido una estigmatización histórica y sentido discriminatorio colonizador con una de las regiones más ricas de Colombia.