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QUERELLANDO

Algunos apuntes sobre García Márquez y el realismo mágico

Crónica de un discurso enunciado

El realismo mágico, Gabriel García Márquez y una relación inventada por académicos.

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Fuente: Pexels

Autor: Karen Sofía Escobar León

El 8 de diciembre de 1982, Gabriel García Márquez subió al podio de la academia sueca para dar un discurso a propósito de su literatura. Usaba una guayabera, invocando el caribe colombiano tan elegantemente como si usara un esmoquin, y parecía que quisiera crear símbolos únicamente con su andar. No obstante, una de las cosas que más llamó la atención en su discurso no fue lo narrado sino aquello que no menciona. 

En ninguna parte de su alocución se habla de realismo mágico; y es que, a pesar de ser uno de los géneros que más se le atribuye a su obra, si revisáramos uno por uno los documentos escritos por Gabo, ni una sola vez encontraríamos las palabras realismo y magia en una misma frase. Aun así, en el discurso del nobel encontramos una afirmación incluso más poderosa que el concepto que se le impone.  

“Poetas y mendigos,… todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida.  Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.” (García, 1990) 

En otras palabras, el autor nos propone la soledad, explicando que sus textos no son referentes a una magia, sino a la denuncia de una realidad social. Como latinoamericanos estamos solos porque tenemos una historia que, aunque sea cierta, es muy difícil de contar. ¿Cómo creer que el mismo país que se define como un Estado Social de Derecho, que expone en su Constitución que todos son iguales ante la ley, y que tuvo presidentes poetas en la mayor parte del siglo XIX, fue capaz de dejar zonas del país en total abandono? ¿Cómo creer que quienes profesan la dignidad humana fueron capaces de ignorar el dolor de su pueblo negando el conflicto? Y la más terrible de todas las preguntas ¿Cómo contar esto sin generar más violencia? ¿Qué se debe contar? La fantasía de Cien Años de Soledad no responde únicamente a una maquinación creativa, sino a como contar la historia de Colombia de una manera en que nos podamos entender. En ese sentido se aleja de las formas del típico libro de historia que cuenta hechos fijos, y de los informes que solo reportan estadísticas, por el contrario, nos propone metáforas del sentir. Macondo es ficticio pero el dolor de sus personajes responde a dolores reales.  

Esto nos lleva a otro problema, y es que, si García Márquez no invento el realismo mágico ¿de dónde salió? La respuesta es simple, salió de las academias. Más específicamente, de un artículo escrito por Angel Flores titulado "Magical Realism in spanish-american literature", que relaciona el realismo mágico con un fenómeno estético que cuenta hechos fantásticos con normalidad.  No obstante, el discurso que se ha formado alrededor de este concepto parece ser interminable, pues algunos autores, como Eka Kurniawan consideran que el incluir una obra como parte del realismo mágico, es más una forma de discriminación que una categoría literaria.  

“Nadie duda de Gabriel García Márquez como el gran genio del realismo mágico, pero nadie habla de William Faulkner de esa manera. Y está claro que Salman Rushdie estaría dentro de esa tradición, pero por Dios, Kafka no, nunca. Ha de ser colombiano o de origen indio o al menos japonés, como Murakami, sino el término realismo mágico queda fuera de significado.” (Kurniawan, 2017) 

Y es que, la experimentación con la forma es algo que diferencia a la literatura de otro tipo de textos, de hecho, a veces es una historia bien contada lo que nos da la distancia que necesitamos para analizar un hecho. En ese sentido, resulta inquietante que obras que denuncian dolores de ciertas comunidades especificas sean reducidas a un fenómeno estético. Un ejemplo de esto sería "Beloved" de Toni Morrison, que pesar de estar basada en el expediente jurídico de Margaret Garner, es considerada realismo mágico. Si sabemos que el expediente es real, y que el dolor es real, entonces sabemos que son hechos contados fantásticamente, y no fantasías contadas normalmente como quieren hacernos creer al ponerle el nombre de realismo mágico. 

Ahora bien, si tenemos en cuenta que la pretensión de García Márquez, nunca fue el realismo mágico, y que lo macondiano nos propone una distancia ficcional para poder acercarnos a algunos aspectos de Colombia ¿Por qué seguimos repitiendo que Colombia es realismo mágico? 
 

Bibliografía  

Kurniawan, E. (2017, November 2). El realismo mágico es una definición paternalista venida desde occidente. La Razón . https://www.larazon.es/local/cataluna/el-realismo-magico-es-una-definicion-paternalista-venida-desde-occidente-LI16789442/ 

García , G. (1990). La Soledad de América Latina: Escritos sobre Arte y Literatura, 1948-1984. Habana, Cuba: Editorial Arte y Literatura.  

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