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DE LAS DIRECTORAS

Una carta abierta a la Facultad de Ciencias Jurídicas y sus profesores

¿Estoy lista para ser abogada?

Estudiar diez semestres en la Facultad de Ciencias Jurídicas es una experiencia increíble, pero ¿te da las herramientas necesarias para poder salir ala vida profesional y poder ejercer como abogado?

Fuente: Archivo personal

Por: Sofía García- Reyes Meyer

El veinticuatro de enero fue mi último primer día de clases como estudiante de Pregrado deCiencias Jurídicas. Sí, estoy comenzando mi décimo semestre de Derecho y solo no puedo creer cómo estos cinco años de la carrera se pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

Claramente la pandemia de por medio aceleró esta fase; no obstante, puedo decir que, en definitiva, estos fueron los mejores años de mi vida. El veinticuatro de enero caí en cuenta que estaba a un paso de conseguir mi tarjeta profesional y convertirme en una abogada javeriana. Esto para muchos, incluyéndome, suena sumamente emocionante; un sueño cumplido. Pero también se me hizo bastante aterrador: iba a ser una abogada. ¿Estaba lista para serlo?

La respuesta a este interrogante no es sobre una cuestión personal, sino que va a dirigida hacia el pensum y la facultad. ¿Realmente a lo largo de la carrera he tenido las herramientas y asignaturas necesarias para ser una buena abogada? Cuestionar nuestra formación javeriana no es criterio de solo una persona, por lo que decidí preguntarles a compañeros de mi semestre y a otros recientes egresados de la Facultad. Todos llegamos a la misma respuesta:hay ciertos vacíos en la carrera.

Antes de escribir esta carta abierta a la Facultad y a sus profesores, quiero resaltar que es con ánimo de hacer una crítica propositiva; de evidenciar esos aspectos que nosotros como estudiantes consideramos necesarios para ejercer la profesión y que en la práctica nos hemos visto perdidos por su carencia en nuestra formación.

La primera apreciación-que ha mi parecer es la más relevante-es esa lejanía que tienen las asignaturas a la realidad de la profesión. Nos dictan siete materias de procesal y nunca nos han llevado a un juzgado; no nos enseñaron a patinar ni a amarrar un expediente, nunca hemos ido a ver una sola audiencia a Paloquemao y jamás hemos visto una conciliación. Nos reconocemos por tener de las ramas de privado más fuertes del país, pero no nos enseñan cómo redactar realmente un contrato ni un concepto; a relacionarnos con un cliente; a hacer propuestas de honorarios; ni a enfrentarse a una negociación.¿Para qué tanta teoría si no sabemos cómo materializarla? En mi opinión, lo pertinente sería que dentro del“Programa de la asignatura” los profesores abrieran el espacio para una aproximación más cercana a la realidad

Por otro lado, están las prácticas. Es nuestra primera aproximación al mundo laboral (por parte de la Universidad) y la verdad no están muy bien proyectadas. Muchos de mis compañeros me dijeron que: primero, el catálogo que ofrecía la facultad era sumamente limitado para lo que ellos buscaban; segundo, que solo sean tres créditos y seis horas semanales no permite tener una real experiencia; y tercero, que fuera en séptimo semestre limitaba mucho que después te vincularan para trabajar o hacer la judicatura. Para todos era evidente la necesidad de reforzar y reformar esta cuestión.

Adicionalmente, muchos llegaron a concluir la necesidad de añadir al pensum ciertas asignaturas. La mayoría de los egresados y compañeros que trabajan, me comentaron la necesidad de contar con una clase de “Legal English”, ya que es una herramienta que usan diariamente en sus firmas y que haberla aprendido en la carrera les hubiera dado una enorme ventaja frente a estudiantes de otras universidades. También saber manejar bien MicrosoftOffice, específicamente la herramienta “Excel”, nos permitiría destacar entre las demás facultades de Derecho.

Varios de los consultados me comentaron que no estaban satisfechos con el énfasis que les había tocado escoger, puesto que querían dedicarse a familia y penal, y definitivamente ninguna tenía dicha aproximación. Por último, concordamos en que sería ideal tener una clase que te mostrara todas las formalidades jurídicas, la cual se concretara en una plataforma virtual, en la que uno pudiera acceder para consultar noticias y actualizaciones legislativas; ver videos guías de cómo usar la rama judicial; acceder a modelos de contratos, tutelas, conceptos y derechos de petición, entre otras cosas.

Ahora bien, de lo expuesto previamente exceptué aspectos como: los preparatorios, hacer doble programa, la tesis y la financiación de concursos; al ser cuestiones que sí rozan con el desarrollo académico de un estudiante de ciencias jurídicas y son sumamente catastróficas en la Facultad, pero que no se relacionan directamente con convertirse en un “buen abogado javeriano”. Esto requeriría otro artículo.

Como dije en un comienzo, convertirme en una abogada javeriana es todo un honor; pero, al igual que los egresados y mis compañeros de décimo, creemos que todavía hay mucho por mejorar. Le quiero dejar esta carta abierta a la Facultad, con el fin de que piensen en esos nuevos estudiantes y le den la posibilidad de aprender lo que nosotros siempre soñamos

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