QUERELLANDO
La odisea eterna
Graduarse de derecho
La historia de José Antonio Arreneche, un eterno en la facultad.
Por: José Antonio Arreneche. Semestre xxxx
Este año cumplo veinte años intentando graduarme. Mi nombre es José Antonio Arreneche Tenorio y este es mi primer artículo para Foro Javeriano. Aún recuerdo 1993, cuando cursaba mis primeros semestres salió la primera edición de este periódico que siempre ha sido formado por los que tienen como ínfulas de revolucionarios en la facultad. Uno no ve escribiendo aquí a José Gregorio o la María Alexandra esa que es más Brigard que el novio o Brigart o como se escriba eso. Yo soy diferente, de los javerianos que comen calentado en la cafetería del Giraldo, de los que dicen coca y no ‘tupper’, y de los que salen de clase a hablar con los porteros. Con todo el tiempo que llevo en la universidad difícil no ser así.
Mi primer semestre fue en los años 90’s y mejor no decir año porque me sacan cuentas. Desde entonces he pasado por todas las clases y salones tratando de graduarme. He compartido aula con infinidad de estudiantes. Tanto así, que algunos se convirtieron en mis profesores y después me tiré materias con ellos. Asistí a las fiestas de la facultad desde que eran parrandas en las casas de los profesores y hasta me quedé dormido en la sala de uno de ellos. Aparezco en, al menos, nueve mosaicos con diferentes promociones. He asistido a veinticuatro celebraciones de grado, pero la mía nada que llega. Mejor ni les digo cuantas veces tuve que ver Romano, porque fue hace tanto que Barrera no tenía canas y los curas eran profesores. De hecho, Obligaciones la repetí ocho veces hasta que al fin me quedo en 3.0.
Pero bueno, lo importante es que por fin termine materias y estoy en proceso de grado. Y es que ese debe ser el proceso más largo al que se enfrenta un abogado. Dicen que la carrera son cinco años, pero lo que no sabe uno es que después de pasar por todas esas materias toca hacer como diez preparatorios y tesis o judicatura.
Entre las muchas cosas que no entiendo, es que, si los profesores son tan buenos y las clases tan exigentes, ¿cuál es la necesidad? ¿No confían en los cinco años de educación anteriores que ellos mismos explican? Si uno se ‘tira’ un preparatorio lo puede repetir cuantas veces quiera. Aunque tiene que pagarlo, como quien dice, uno se gradúa porque se gradúa: mientras tenga el tiempo o la plata. Esos preparatorios, al fin y al cabo, ¿para qué te preparan? Pero bueno, tal vez nunca lo terminemos de entender.
Lo que tengo son historias. Una vez presenté un preparatorio y lo perdí porque el profesor me preguntó sobre la constitución de Ecuador. ¡Ja!, si supiera el profesor que ni la de acá la conozco. El único preparatorio que gané fue el de laboral. Lo presenté cinco veces en una misma semana, y amenacé al profesor de inscribirlo otra vez la próxima. No le quedó otra que pasarme.
También, sería interesante ver al profesor de civil haciéndole un preparatorio de Privado II al profesor de público, seguro lo pierden. Pero yo no puedo decir nada porque no he ganado el primero. Mejor ni sigo quejándome, porque no me dan ese cartón nunca. Además, dónde me dejan el día que me robaron el celular en el salón y fui a la decanatura a que me ayudaran. Solo me dieron un discurso de hora y media sin solucionar nada. Me aprendí los valores javerianos, pero me quedé sin celular.
Ahora otra cosa, no sé si presentar tesis o hacer la judicatura. La tesis requiere de cuarenta (o algo así) páginas a espaciado doble, qué bueno, algo debe salir. Pero, honestamente no creo que sobreviva a esas revisiones tan rigurosas. La otra opción es la judicatura, trabajar gratis y sin tarjeta profesional, porque ajá. Así son las cosas aquí. Pero qué voy a decir yo, que llevo veinte años o más en esto.
Me dijeron que para este artículo no me podía pasar de setecientas cincuenta palabras. La verdad ya no sé qué escribir (no me imagino haciendo una tesis). A los de Foro Javeriano y a los estudiantes de derecho, les digo: aprovechen la universidad y disfrútenla que se va volando. Hasta a mí me pasó. Vayan a las fiestas de la Facultad y busquen novia que les haga las tareas. Pasen el túnel que allá es chévere y barato. Y bueno, suerte con todo, ojalá se gradúen algún día.