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CRÓNICA

“No te engañes, vas a ser luz cuando hagas obras de amor”  
Papa Francisco 

Co-creando un futuro esperanzador

El encuentro MAG+S y la Jornada Mundial de la Juventud llenaron de amor mi corazón, no tanto por la experiencia per se sino por las personas con las que pude compartir y de las que pude aprender. A ellos esta crónica. 

Delegación Javeriana.jpeg

Por: José Javier Osorio Quintero 

Entre el 21 de julio y el 7 de agosto de este año, tuve la oportunidad de vivir dos experiencias profundas y formativas para cualquier ser humano: el encuentro MAG+S y la Jornada Mundial de la Juventud.  

 

Previo a desarrollar y compartir un poco de mi experiencia en estos escenarios, es menester dar unas pinceladas introductorias a lo que son y su historia. 

 

La Jornada Mundial de la Juventud es el encuentro mundial de jóvenes católicos con el Papa, “es una peregrinación, una fiesta de la juventud”. Cada dos o tres años, en una ciudad elegida por el Sumo Pontífice, se reúnen millones de jóvenes “para celebrar la fe y su pertenencia a la Iglesia”. La primera tuvo lugar en Roma en 1986 y la más reciente en Lisboa en 2023. 

 

“Magis” es una palabra latina que significa: “Más, mejor y mayor”. En el argot ignaciano, es una invitación constante, un llamado a mejorar diariamente para “en todo amar y servir”. Es un término corto pero con un trasfondo enorme. Estas cinco letras han sido usadas para nombrar un sinfín de encuentros, campañas, asambleas y talleres.  

 

Previo a la Jornada de París de 1997, un grupo de jóvenes de diferentes obras de la Compañía de Jesús realizaron una peregrinación. No había algo estructurado, solo un deseo de “unir a los jóvenes de la Familia Ignaciana”. Fue hasta 2005 que, para la Jornada de Alemania, se tomó oficialmente el término “MAGIS” para este encuentro. Hoy por hoy, se ha sustituido la letra “i” por el símbolo “+”; es tanto un símbolo “más” por el significado latino de la palabra como una cruz por ser este el “mayor símbolo de la entrega y el amor de Dios por cada persona”. Entrados en materia, MAG+S es un encuentro mundial de jóvenes ignacianos que tiene lugar los diez días previos a la Jornada Mundial de la Juventud.  

 

El lema del más reciente MAG+S fue: “Creando un futuro esperanzador”. Esta frase, no solo es profunda por la invitación que implica, sino por ser la 3º Preferencia Apostólica Universal de la Compañía de Jesús. En la 36º Congrergación General, llevada a cabo en Roma en el 2016, se le pidió al Superior General P. Arturo Sosa S.J. que revisase las prioridades o preferencias apostólicas, lo cual se llevó a cabo mediante conversaciones espirituales entre Jesuitas y laicos y se le encargó a cada Provincia Jesuita que preparase un informe de sus hallazgos. En enero de 2019, con base a los informes presentados, los Presidentes de las seis Conferencias Jesuitas y el P. General, escribieron el documento con las propuestas que este último le presentó al Papa Francisco el 17 de enero del mismo año. Posterior a su discernimiento, el Santo Padre le dio al Superior General las Preferencias Apostólicas Universales para el período 2019 – 2029. 

 

En un comunicado del P. Sosa S.J. en el 2017, este responde al interrogante de ¿qué es una Preferencia Apostólica Universal? Algunas luces que se pueden extraer de la pregunta: Son una respuesta de la Compañía de Jesús a una necesidad de la Iglesia, un punto de referencia para toda la Compañía, una guía para la tarea de servir a la reconciliación. Estas Preferencias “no establecen una jerarquía de las necesidades de la humanidad o de la Iglesia sino que ponen acentos en la manera como la Compañía puede aprovechar mejor los recursos de los que dispone para servir a la misión reconciliadora de Cristo en el mundo”.  

 

Ahora, después de esta introducción y de estar situados en un mismo marco histórico -conceptual, procederé a narrar un poco lo que fueron para mí estas casi tres semanas. 

 

El 12 de octubre de 2022, exactamente un año antes de estar escribiendo este artículo, llegó a mi correo institucional la invitación a participar de estas experiencias. Ya había escuchado un poco de lo que se hacía, pero no tenía mayor conocimiento. Un poco escéptico, pero muy intrigado, me inscribí para asistir a la reunión informativa, la cual se llevó a cabo el 8 de noviembre. Después de conocer algo de lo que se hacía y entusiasmarme con la propuesta, me presenté al proceso de selección enviando una carta con mis motivaciones, luego me entrevistaron y me dijeron que había sido seleccionado para ser uno de los ocho estudiantes Javerianos que irían en nombre de la Universidad.  

 

El 22 de julio, 2.012 jóvenes de todo el mundo llegamos al Colegio São João de Brito de Lisboa (Portugal), a participar del encuentro MAG+S. La delegación colombiana estaba compuesta por 58 entusiastas de todos los rincones del país. Fieles a nuestra alegría, entramos al colegio con cánticos y bullicio. Cuando me bajé del bus, icé mi bandera de Colombia en un mástil retráctil que oportunamente había comprado en Amazon. Los colombianos fuimos afortunados en cuanto al salón que nos asignaron para dormir: era espacioso, tenía neveras para guardar las botellas de agua, lavaplatos que usamos como lavamanos, salida directa a un patio donde poner a secar las toallas y una gran cercanía con baños y duchas. 

El 23 de julio fue un día para conocer las calles de Lisboa y perdernos en sus maravillosas iglesias. En la noche tuvimos un concierto a cargo de “Jesuitas Acústico”, liderados por el P. Cristóbal Fones S.J., un Jesuita chileno con una voz y un mensaje transformador. Posterior a una de las oraciones cantadas del P. Fones S.J., me acerqué a pedirle una foto; no puedo expresar lo que sentí cuando, en medio de la gente me recordó de algún encuentro en Bogotá, me abrazó y me dijo que le alegraba mucho verme ahí. Estoy seguro que no sabe mi nombre ni nada sobre mí, pero es justo esa cercanía y esa ignacianidad que nos conecta lo que hace que considere su música como un apoyo invaluable y una forma de acercarme a Dios. 

El 24 de julio, en grupos internacionales de aproximadamente 15 personas, nos dirigimos a unas experiencias en diferentes lugares de Portugal y España. A mí me correspondió Valladolid y mi vivencia fue sobre Ecología Integral y Espiritualidad Ignaciana. Meses atrás, había recibido un correo en el que se me informaba que este sería mi destino y que allí compartiría con inmigrantes en torno al cuidado de la Casa Común. Me emocioné por la oportunidad de conocer acerca de la problemática de las personas que migran de Marruecos, Senegal, Argelia, Nigeria, entre muchos otros países africanos. Pensaba en la cantidad de dificultades que tuvieron que atravesar estas personas para llegar en sus balsas a este país ibérico.  

El lugar que nos acogió por cinco días es una obra de la Compañía de Jesús en la que confluye la Escuela Universitaria de Ingeniería Agrícola de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, la emisora “REZANDOVOY” y la casa “Ana Leal” de ecología y acogida. Al llegar, me enteré de que había dos familias inmigrantes viviendo allí; una era de Venezuela y la otra de Colombia. Los niños migrantes con los que compartimos eran peruanos, ecuatorianos, bolivianos, venezolanos, asiáticos y, por supuesto, colombianos. La lección que aprendí ese día me pone los pelos de puntas de solo recordarla: Yo creía que iba a compartir con los africanos que llegan en balsas, pero caí en la cuenta que estos migrantes llegaron en avión como yo y compartimos cultura, idioma, nacionalidad y hasta sueños.  

Después de cinco días de compartir con niños y trabajar en huertos orgánicos, volvimos a Lisboa. Los días siguientes fueron de fortalecer lazos con la Familia Ignaciana, orar y disponer cuerpo y alma para la Jornada Mundial de la Juventud. 

El 31 de julio, último día del MAG+S, tuve la oportunidad de dirigir la oración de la mañana junto a Yamid Castiblanco S.J., sobre San Ignacio de Loyola (era su día), los Jesuitas mártires de diferentes partes del mundo y el llamado a la santidad en el mundo de hoy. Fue una oportunidad única y un reto inmenso de orar ante 2.012 personas en español e inglés. En la tarde, nos dirigimos caminando al nuevo sitio donde dormiríamos durante la Jornada Mundial de la Juventud: una bodega de trenes que, por sus características, apodamos “el búnker” o “el hangar”. 

La Jornada Mundial de la Juventud fue un espacio propicio para la construcción de comunidad, crecimiento en la fe y reconocimiento de una familia de jóvenes católicos que trasciende cualquier tipo de fronteras lingüísticas, culturales, económicas, políticas, sociales o incluso ideológicas.  

La primera vez que vi al Papa fue el 4 de agosto y, sin duda, es uno de los momentos que con más cariño atesoraré. Cuando empezaron a pasar las motos de policía todos empezamos a gritar. Al ver el Mercedes Benz blanco descapotable me quedé mudo, tenía preparado guitarle: “¡Papa Francisco, ora por Colombia!” pero no pude emitir sonido alguno. La energía y lo que genera a su paso es indescriptible. Francisco pasó a escasos 2 o 3 metros de mí, pude ver sus arrugas, sus ojos cansados y sus dientes un poco amarillos. Estábamos situados en una glorieta por la cual él tenía que pasar. Como no había mucha gente cuando llegamos, pudimos ubicarnos en un buen lugar y esperar pacientes a pesar de las inclemencias del sol. Por las pantallas podíamos ver que se acercaba, que su llegada era inminente. El sentimiento común era el éxtasis absoluto.  

Como era una glorieta, el carro lógicamente tenía que terminar la circunferencia y, a pesar de mi inicial inmovilidad, sentí una llamarada de emociones que me obligaron a salir corriendo tras la caravana esperando poder ver su rostro, su sonrisa; esperando poder sentir. En ese salir corriendo se me cayó mi gorra, mi escarapela, mi botella de agua, en fin, nada me importó porque iba por algo mayor: El reconocimiento de un amor profundo con la fragilidad e ingenuidad de un niño que quiere amar y servir a todos y en todo, la materialización de la convicción de trabajar por la construcción de un mundo mejor y la certeza de poder conseguirlo de la mano de una comunidad de soñadores y optimistas. 

Creo que no hace falta hacer mención el llanto tan descomunal que tuve tras ese momento. Me contaron que la misa estuvo muy bella pues yo, tras un sinfín de sentimientos y emociones, opté por la mejor alternativa que puede haber tras derramar lágrimas de felicidad: dormir con una sonrisa de oreja a oreja. Un amigo Jesuita, Nilson Castro S.J., en una conversación posterior me hizo una analogía que quedó resonando: “El que te impulsa a correr es tu niño interior”. 

Miles de experiencias, momentos e historias quedan, pero tendrán que ser para otra ocasión: orar en decenas de iglesias de Lisboa, compartir unas cervezas con los pies en el rio Tajo, intercambiar manillas, etc.  

Es pretencioso creer que en estos espacios uno va a “encontrar a Dios”. Considero que esa búsqueda debe ser permanente en la vida del ser humano. Lo que sí puedo afirmar es que estos escenarios permiten sintonizar esa búsqueda y nuestra fe para vivir en comunidad.  

Los amigos y amigas, en especial la comunidad de Javerianos que construimos es, sin duda, lo más bonito que me quedó, pues me permitieron y permiten vivir mi fe y amor a Dios en un espacio comunitario. 

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El lema de la Jornada Mundial de la Juventud era una cita bíblica: “María se levantó y partió sin demora” (Lucas 1, 39). El lema de MAG+S sufrió una adaptación a: “Co-creando un futuro esperanzador”. La invitación que nos queda es a enfocar nuestra vida, nuestro modo de proceder, sin demora, a la construcción de un país y una sociedad más tolerantes, más justa, más compasiva, a construir un lugar donde quepamos todos y haya un futuro esperanzador. 

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No me queda sino agradecerle al Centro Pastoral San Francisco Javier y a la Pontificia Universidad Javeriana por la oportunidad de vivir esta experiencia. Darnos el tiempo de compartir la vida con otros de esta manera y cuestionarnos sobre nuestro rol en la sociedad es parte de lo que nos distingue como Javerianos.  

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Si llegaron hasta este punto y el tema fue de su agrado, los invito a profundizar en las páginas web de las cuales tomé, copié y adapté algunos de los datos: https://www.lisboa2023.org/es, https://www.magis2023.org/es y https://www.jesuits.global/es/. Los Jesuitas de España hicieron un video que condensa testimonios sobre las experiencia, invitados también a verlo y conocer un poco más de lo que vivimos: https://www.youtube.com/watch?v=vT6w3aBS2tM

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