OPINIÓN
Si usted, es las personas que siente que no encaja en su carrera y siente que realmente lo que estudia no es para usted, quédese porque este artículo, tal vez si lo sea.
No es la carrera, es usted
Este artículo es para dar apoyo a todas personas que sienten que realmente no han hecho la mejor elección en su carrera universitaria.
Por: Eduardo Aldana Salazar
¿Qué te gusta?, ¿Con qué te sientes identificado? ¿Qué te imaginas haciendo en tu día a día? ¿Qué te va a ser feliz? Normalmente, estas son las típicas preguntas que hacen parte del interrogatorio por el cual todos hemos pasado antes de escoger carrera. Pero, les doy una pista: nunca se tiene una respuesta correcta a estas preguntas. Antes que nada, déjenme decirles que es completamente normal sentirse un poco fuera de lugar, en algún punto de la vida y más aún en un ambiente académico como lo es la universidad. Por consiguiente, está bien sentir que se equivocaron escogiendo carrera.
En algunos programas estas dudas se dan en los primeros semestres, en otras por la mitad y en otro buen número se dan al final, hasta las prácticas profesionales. Pero el problema no radica en sentir duda o no. El problema es que cuando uno escoge que hacer por el resto de su vida, se es adolescente que no sabe nada. También, Es cierto que muchas personas saben lo que quieren hacer desde muy chiquitas y nunca tienen dudas, pero eso es un caso entre miles.
Como no existe una respuesta acertada, a tan complejas preguntas se entra en el eterno debate de la vocación profesional. Pero nadie realmente se ha tomado el trabajo de explicar que era eso de vocación profesional. Pues en una búsqueda rápida en la RAE (Real Academia de la Lengua Española) nos damos cuenta de que la palabra vocación tiene cuatro significados y todos son básicamente lo mismo.
Que es tener preferencia o tendencia a realizar una labor o función en especial. Algunas personas tienen la vocación de ayudar a otros, otras tienen vocación por las artes plásticas, otros por ciencias exactas y otros no saben qué vocación tienen.
Para terminar rápido con la presión de no saber qué vocación se tiene y para poder dejar de responder esas infames preguntas. Se escoge una carrera sin pensar mucho en cómo va a ser estudiarla o peor aún trabajar en eso. Es por esas decisiones, sin pensar, que el Ministerio de Educación nos trae unas cifras alarmantes. De cada 10 estudiantes universitarios 3 de ellos jamás se gradúan. De los otros 7, solo 3 han terminado la carrera en la que se inscribieron originalmente, los otros 4 cambian el programa o no lo completan.
Con el paso del tiempo, se dan cuenta de que la carrera que escogió no era la suya. Empiezan a sentir frustración por cómo puede ser el resto de su vida. Pero no todo está perdido, usted puede cambiar de carrera. Sí, es entrar a ser parte del porcentaje de personas que se cambian de su programa inicial, pero es por un bien mayor. Puede ser un problema hoy, pero es una solución para el mañana.
Es importante decir que si se atreven a cambiar de carrera no todo va a ser color de rosas. Primero es algo que no se debe tomar a la ligera y se debe estar seguro a que carrera se quiere ir. Después toca armarse de valor para todos los trámites burocráticos que conlleva cambiarse de carrera. Estos trámites pueden ser: la admisión al nuevo programa, la homologación de las materias para que no todo sea perdido.
Es importante estar consiente que todas las cosas van a cambiar y que pueden perder amigos, tiempo y dinero. Por último, y no menos importante, se tiene que lidiar con la familia. Pues admitir una equivocación nunca es fácil y muy seguramente les va a caer como un balde de agua fría.
Puede que al principio no entiendan muchas cosas, pero al final del día se van a dar cuenta de que puede ser la mejor decisión que se puede tomar. Es preferible, demorarse un poquito más en la carrera, pasar ratos solo y ser un profesional feliz y apasionado por su trabajo, a una persona que termino a tiempo, complació a todo el mundo, pero es un simple profesional frustrado.