FORO JAVERIANO

Siempre he procurado cuidar la forma en la que distribuyo mi tiempo, solo dedicándome a cosas que realmente me interesa y emocionas, no obstante, este semestre con mis planes y actividades he llegado a un punto en el que simplemente siento que no hay tiempo para nada en lo absoluto. Estoy en un momento de mi vida en el que entre la universidad, mis actividades extracurriculares, mi familia y mi vida social, mi calendario está simplemente a reventar. Algunos pensarían que es algo increíble, ya que siempre estoy ocupada, pero en los últimos meses solo lo he sentido como algo completamente agotador. 

 

Simplemente, dejo pasar los días preguntándome cuándo llegará el momento en el que por fin va a terminar todo esto y finalmente tendré tiempo para mí, una vez más. Porque si de algo me he dado cuenta es que cuando estoy muy ocupada lo que más extraño es mi tiempo libre o mi “tiempo para derrochar”, como me gusta llamarlo. Empiezo a quejarme y a anhelar no tener que hacer nada y, de repente, se me olvida disfrutar de lo que estoy haciendo en el presente.  

 

Sin embargo, cuando llega ese momento en el que por fin tengo tiempo libre y puedo perfectamente derrocharlo, me desespero y extraño todas las actividades que hacía. Por más de que lo intente siempre vivo anhelando estar en el momento en el que no estoy quiero actividades cuando no tengo y quiero no hacer nada cuando no tengo ni un segundo para malgastar. No he podido encontrar un verdadero balance y en este semestre más que nunca me he dado cuenta de lo importante que es. 

 

Es por eso que he comenzado a cuestionarme la manera en la que utilizo el tiempo que tengo disponible y como decido distribuir cada una de mis actividades en mi calendario, debido a que mi vida gira alrededor de la manera en la que decido usar el tiempo que tengo disponible. Las maneras en como distribuyo mi tiempo son las que me enseñan, motivan y van creando poco a poco la persona que soy en el presente y que seré en el futuro. Haciendo que la forma en que uso mi tiempo sea lo más valioso que tengo, porque de ello depende dónde estoy y a dónde voy a llegar. 

 

Para entenderlo de una forma diferente, he entendido que el tiempo son monedas limitadas que decido o no invertir en algo y que tienen el poder de llevarme a tener una vida u otra y que me enseñan poco a poco a ser esa persona que seré. Es decir que al hoy tomar decisiones sobre cómo uso mi tiempo estoy también decidiendo como será mi futuro. 

 

Es algo abrumador, no lo voy a negar, como una llamada de atención que me obliga a revisar seriamente como se encuentra distribuida mi vida y en que he decido gastar mis monedas temporales, ya que, así no me dé cuenta, son limitadas. Pero, también es algo que me da esperanza, debido a que me muestra que al usar mi tiempo de la manera correcta también estoy creciendo.  

 

Es un recordatorio de que la universidad es muy importante, pero debe ser balanceada entre todo lo demás, porque todas esas inversiones y monedas gastadas son pequeños bloques de la torre que cuenta la historia de la vida que estoy construyendo, por lo que es importante que reflejen la forma en que visualizo mi vida y lo que más valoro. 

 

Con todo esto, a lo que quiero llegar en mi pequeña reflexión de estudiante explotada y en busca de balance es a que vivimos en un mundo de extremos en donde o no hay tiempo para nada o no hay nada que hacer. Pero el hecho de que ese sea el mundo en que vivimos no significa que sea el mundo en el que dábamos seguir. La importancia de conocer ambas posibilidades es que te da el poder de decidir cual quieres que sea la tuya o si lo que quieres es construir una tercera opción ideal para ti.  

 

En mi caso, quiero esa tercera opción, seguir luchando por gastar de forma adecuada mi tiempo, ahora sabiendo que es limitado y lo mucho que vale para así encontrar un balance que me permita gastar todas mis monedas de la manera correcta, construyendo poco a poco mi futuro y viviendo el presente sin estar estresada por como la vida no me va a alcanzar. Vamos a ver cómo me va…