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CONSTRUCTIVAS

2019-II

La preparación de los estudiantes para el ejercicio profesional

LAS CLINICAS JURÍDICAS EN LOS ESTADOS UNIDOS

Recientemente hice parte de la clínica de International Human Rights: Policy Advocacy, en la escuela de leyes de la Universidad de Cornell. A continuación explico cómo funcionan algunas de las clínicas en los Estados Unidos.

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Fuente: Archivo Personal

Autor invitado: César Ramírez

Abogado de la Pontificia Universidad Javeriana, exprofesor de la Clínica de Derecho Penal de la Pontificia Universidad Javeriana, candidato a Magister (LL.M) de la Universidad de Cornell.

Una de las mejores oportunidades profesionales que he tenido ha sido dictar la clínica de derecho penal en la Pontificia Universidad Javeriana. Allí -en conjunto con las y los estudiantes de los últimos semestres de la carrera de derecho- discutimos las principales características de nuestro sistema penal, así como las principales cuestiones teóricas y prácticas, con el fin de que los estudiantes pudiesen afrontar su práctica penal en el consultorio jurídico.

 

Una vez inicié mis estudios de maestría en Cornell, apliqué a la “International Human Rights: Policy Advocacy Clinic”, para conocer el funcionamiento de las clínicas en las universidades norteamericanas. Así mismo, era una oportunidad maravillosa para luchar por justicia social, algo que usualmente las y los estudiantes de derecho perdemos cuando entramos en las dinámicas existentes dentro de nuestra profesión, y que se reproducen en las aulas de clase. 

 

El proceso de aplicación a una clínica – y hablo desde mi posición como estudiante hombre y latino en Cornell- es muy diferente a lo que estamos acostumbrados en Colombia. En primer lugar, las clínicas son clases en general de 5 créditos, lo que supone una carga académica altísima. Además de las horas de clase y las de estudio individual, debemos destinar horas adicionales para reunirnos con las y los otros estudiantes con quienes conformábamos un equipo de trabajo, y con los profesores de la clínica para discutir los avances de nuestro proyecto.

 

A su vez, se debe surtir un registro previo, en el cual las y los estudiantes seleccionan las clínicas en las cuales les gustaría estar por orden de preferencia, y una aplicación que consta de una carta de motivación explicando sus razones para ingresar a la clínica, sus notas de semestres anteriores, y su hoja de vida. Una vez se es admitido, el o la docente notifica al estudiante para que decida si acepta o no ser parte de esta. A diferencia de lo que ocurre en Colombia, las clínicas son elegidas cada semestre por el estudiante, y puede tomar cuantas desee desde segundo año. 

 

En términos funcionales, las clínicas en las universidades norteamericanas cumplen la misma función del consultorio jurídico en Colombia: preparar al estudiante para el ejercicio profesional. Sin embargo, las diferencias radican fundamentalmente en el como se cumple dicha finalidad. En E.E.U.U al estudiante no se le asignan procesos, liquidaciones, consultas o conciliaciones de manera individual. El profesor de la clínica ya ha seleccionado los casos en los cual van a trabajar. A su vez, se dividen a las y los estudiantes en grupos para asignarle los casos, se organizan visitas a las personas que están representando, bien sea en los E.E.U.U o en otros países, y finalmente, el o la profesora supervisan el proyecto del semestre, que puede consistir en elaborar un amicus curiaepara la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos, o un habeas corpus federal en representación de una persona condenada a muerte, entre otros.

 

Esta diferencia impacta sustancialmente el ejercicio profesional de la siguiente manera: primero, porque las y los estudiantes conocen las dinámicas laborales de las firmas o las instituciones públicas, donde deben trabajar en equipo bajo la supervisión de algún abogado; segundo, porque el estudiante será testigo del impacto que su trabajo tiene durante el semestre; tercero, como lo mencione atrás, porque las y los estudiantes comprenderán que los problemas jurídicos no se resuelven de manera individual, sino que existen problemas estructurales del sistema de justicia, y es deber de la universidad proporcionar las herramientas necesarias para mejorarlo. 

 

Finalmente, y valiéndome de lo dicho por el Profesor William P. Quigley, lo primero que pierden las y los estudiantes al ingresar a la facultad es la razón por la que decidieron ingresar; las clínicas y el consultorio jurídico deben ser un instrumento para recuperar esas razones.

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