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PERFIL

El lustrador de zapatos políglota  

En esta edición, FORO JAVERIANO quiso desviarse de los perfiles habituales que aparecen normalmente en esta sección para hacérselo a un personaje que desde hace 26 años ronda por la Universidad Javeriana. 

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Por: Natalia Botero Rivera y Laura Cristina Farías Arcila 

Carlos Julio Bernal Sarmiento, también conocido como Charlie, o como él dice, Charlie’s Roastbeef, nos dejó cautivados por su amabilidad y carisma arrolladora en la entrevista que dio para FORO JAVERIANO. Cuando nos acercamos a él por primera vez, y le mencionamos que lo que buscábamos no era que limpiara nuestros zapatos, sino que necesitábamos algo completamente distinto, él contestó -sin hesitar- si lo que queríamos era una entrevista con él.  Al parecer, no era la primera vez que alguien le solicitaba esto, todo lo contrario. Han sido varias las entrevistas que estudiantes y profesores de la Universidad Javeriana le han realizado a lo largo de  su vida, y no es para menos. Después de trabajar en el campus de la Universidad por más de 26 años, sin duda alguna son muchas las historias que tiene por contar.  

Si todavía usted no sabe bien de quien le estamos hablando, vaya a la cafetería del Giraldo, o quédese cerca de la Pecera o Cubos cualquier día entre lunes y miércoles y espere que un señor que lleva consigo una caja para lustrar zapatos –la cual se caracteriza porque tiene monedas pegadas de Estados Unidos, Canadá, Ecuador, Argentina y varios otros países- le ofrezca una limpiadita de zapatos, y además, la oportunidad, como dice él, de oírlo hablar tres idiomas: castellano, boyaco y rolo.  

Charlie nació en Bogotá, aunque menciona que, a mucho orgullo, tiene ascendencia de Boyacá, pues su mamá es de Duitama y su papá de Sogamoso. Desde los 13 años se ha dedicado a lustrar zapatos, y menciona que es una labor que aprendió mirando a los que ya sabían cómo hacerlo. Poco a poco, el solo fue experimentando como hacerlo con los zapatos que le llegaban a sus manos.  

Cuando estaba estudiando la primaria, una pareja de esposos que trabajaba en la Javeriana se encargaron de ser sus acudientes. Él estudiaba literatura y ella historia, y fueron quienes le ayudaron con los útiles que Charlie necesitaba para estudiar. También eran ellos quienes asistían a las reuniones del colegio, y se encargaban, en general, de apoyarlo en todo lo relativo a su educación. Fue gracias a esta pareja que Charlie conoció la Universidad Javeriana.  

En esa época, además de asistir al colegio, él trabajaba sobre la carrera séptima y vendía gomas y chocolatinas junto con sus hermanos. Él menciona que su familia era bastante numerosa pues su mamá tuvo 12 hijos -aunque no todos fueron del mismo padre-. Charlie cuenta entre risas, que quiere escribir un artículo sobre sus hermanos, sólo que el PHD que está realizando en lustrar zapatos le deja poco tiempo para hacerlo.  

Cuando vendía dulces sobre la carrera séptima a veces entraba a la Universidad Javeriana para que los estudiantes le compraran a él. En ocasiones llegaba a la facultad de derecho y menciona que ahí varias personas ya lo conocían. Cuando terminaban las clases –no muy distinto a como sucede hoy en día– los estudiantes de 10° semestre se reunían con música, y hacían “una rumbita” así como él menciona, para celebrar la culminación de sus estudios.  

En una ocasión, uno de los estudiantes se acercó a él cuando lo vio y le hizo una propuesta. Le dijo que él le compraba todas las chocolatinas y las gomas, a cambio de que él se acercará a un estudiante y le dijera que él era su hijo, que por favor le diera para el mercado y la leche (claro que todo en forma de chiste). Cuenta que la misma broma se la hacía a diferentes personas, incluso a estudiantes mujeres. Para él era buenísimo porque además de reírse, vendía los dulces que estaba vendiendo en un solo momento. Poco a poco la mayoría de estudiantes lo fueron conociendo.  

Tiempo después, le informaron que el señor que llevaba trabajando en la universidad lustrando zapatos por más de 40 años, había fallecido a sus 84 años, y estaban buscando a una persona que lo reemplazara. A Charlie le sonó la idea de tomar ese trabajo y así lo hizo. Hablo con el vicerrector del medio universitario y le dio permiso para comenzar a trabajar en la Javeriana. Sin embargo, en ese momento él se encontraba estudiando en el colegio Camilo Torres, ubicado en la 32 con 7ma, y estaba realizando primero de bachillerato. Dejó de ponerle atención al estudio y se retiró porque le gustaba la idea de ganar plata. Para aquel entonces, solo tenía 13 años.  

Años después, quiso prestar el servicio militar, sin embargo, fue por esa época que conoció a su actual esposa y decidió comprometerse con ella. Por eso, la idea de irse al ejército se fue desvaneciendo con el paso del tiempo. Hoy en día, tiene una hija de 23 años. Ella comenzó a estudiar licenciatura en pedagogía infantil, sin embargo, al poco tiempo de haber comenzado sus estudios, le dio la noticia a sus papás que estaba esperando un bebé.  

A pesar de que para Carlos hubiera sido bastante positivo que su hija terminará sus estudios, reconoce que tiene a la nieta más elegante de todas. Se llama Dana y tiene 7 años, pero además, menciona que por estos días se encuentra muy feliz también porque hace 7 meses nació su segunda nieta llamada Valerie. Como buen abuelo, asegura que es una chiquita preciosa, y que sería la bebé ideal para un próximo comercial de televisión.  

Charlie recuerda que cuando llego a la Universidad Javeriana a trabajar, lustraba entre 8 a 10 zapatos al día, sin embargo, hoy en día ese número ha aumentado considerablemente pues a lo largo del día termina embolando entre 20 a 22 zapatos. El secreto: limpiarlos con zumo de limón, que desengrasa y también desmancha, y dice entre risas, que por la sola explicada que él nos hace sobre cómo hacerlo, nos tiene que cobrar cinco mil pesos.  

Recuerda con hondo afecto a muchas de las personas a las que les ha limpiado los zapatos. Uno de ellos, es el Padre Jairo Bernal, S.J, a quien le limpió los zapatos por más de 15 años. Carlos menciona que siempre que él necesitaba algo, el Padre le ayudaba de alguna u otra forma, se refiere al Padre Bernal como uno de sus clientes favoritos.  

También tiene grandes recuerdos con el Dr. Gaitán Mahecha, el maestro de maestros, tal y como Charlie se refiere a él. Le gusta atenderlo porque siempre le termina contando y enseñando un montón de cosas, incluso tantas, que a veces le da pena cobrarle la lustrada. Para Carlos, el Dr. Gaitán es uno de los profesores más elegantes e importantes que ha atendido, por eso, cuando él quiere soltarle algún chiste, trata de que sea uno bien pensado para que al Doctor le guste y se ría.  

Una vez, tuvo la oportunidad de limpiarle los zapatos al hijo del General Rosso. Charlie cuenta que él iba de afán y necesitaba que se los limpiará mientras el ascensor subía. El problema es que el hijo del General iba acompañado de varios escoltas, pero el ascensor era pequeño y no cabía sino él y Carlos. Los escoltas con un poco de recelo, lo dejaron lustrar los zapatos en el ascensor, mientras ellos subían por las escaleras. Charlie se acuerda con risas de aquello.  

También le ha lustrado los zapatos a reconocidas figuras políticas del país como Noemí Sanín y Antanas Mockus. Menciona, entre risas, que le hubiera gustado limpiarle los zapatos a Humberto de la Calle hace poco que visito la Universidad, sólo que lo vio tan ocupado con tantas personas alrededor, que prefirió dejarlo para una próxima vez que vuelva a la Javeriana a hacer algún tipo de campaña.  

Hoy en día, trabaja en la Universidad de lunes a miércoles y visita tanto la facultad de derecho como las de arquitectura, teología, educación, estudios ambientales, contaduría, economía y el Instituto Pensar. El piensa que la educación de la Javeriana es excelente, y el considera por lo que habla con los profesores, que ellos son personas que cada vez más se esmeran en dar la mejor educación a los alumnos.  

Es por eso que él nos da el consejo a nosotros los estudiantes de que aprovechemos los profesores que tenemos, porque según él, ellos están más preparados que un Kumis. Sin embargo, admira también a los alumnos de la Universidad porque somos personas que dan lo mejor de sí todos los días. En parte lo reconoce porque varios profesores le han contado lo sorprendidos que se ven en las clases cuando ciertos alumnos intervienen.  

FORO JAVERIANO le desea todo lo mejor a Carlos. Que siga alegrándoles el rato a tantas personas que encuentran en él un respiro en medio de los días ajetreados.  

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