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EN EL HUECO

  Lo que vive un extranjero en nuestra universidad 

La Javeriana vista desde otros ojos  

Siempre pensamos en las personas que se van de intercambio, pero nunca en las que llegan. A veces nos encontramos con los que vienen en alguna clase o caminando por la universidad, pero nunca pensamos cómo nos ven ellos en realidad.  

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Fuente: Pexels

Por: Emilia Samper 

La universidad nos brinda la oportunidad de hacer un semestre académico en el exterior, en los más de 40 países alrededor del mundo con los cuales la Pontificia Universidad Javeriana tiene convenios. Muchos estudiantes participan de esta experiencia y se habla mucho de la movilidad internacional saliente, pero ¿qué sabemos de la movilidad internacional entrante? ¿Quiénes son todos esos estudiantes que vienen a nuestra universidad y que piensan de nosotros? 

 

Mezti Cornejo llegó a Colombia en enero del 2021, como parte del programa estudiantil de movilidad internacional. Vino desde El Salvador, su país natal, a cursar su noveno semestre de la carrera de comunicación social en la Pontificia Universidad Javeriana.  

 

“Desde el primer momento me sentí super agradecida con los colombianos, eran muy buenos y amables conmigo. Como estudiante extranjera viniendo de un país tan pequeño como lo es El Salvador, llegar a Bogotá, una ciudad gigante, es un poco retador. Al principio me sentí asustada pero los colombianos eran tan cálidos que en cuestión de días me sentí muy a gusto”. En la universidad si me costó mucho adaptarme y sentirme incluida; en unas clases más que en otras. Yo era la única estudiante de intercambio y todos los demás eran colombianos que llevaban varios años en la Javeriana. Todos tenían su grupo entonces yo no les importaba tanto. Lastimosamente, nuestras conversaciones no iban más allá de los trabajos de la universidad y de temas académicos. 

 

Honestamente quedé encantada con la universidad como tal, me encantó la Javeriana. Las instalaciones, los recursos, los profesores y las asignaturas. Siento que había mucha más libertad creativa a la hora de realizar trabajos. En mi universidad, la UCA (Universidad Centroamericana), todos los trabajos tienen que estar orientados a los problemas sociales del país mientras que los meses que estuve en Bogotá pude tratar y cubrir cualquier tema de mi interés. 

 

No tenía ninguna expectativa, iba dispuesta a recibir lo que fuese. Lo que yo había logrado ver de Colombia era a través de las novelas como Betty la Fea, Pedro el escamoso y Los Briceño. Más allá de la universidad, me gustó encontrarme con gente de mente muy abierta y con una cultura lectora. Me impresionó lo mucho que leen las personas y la importancia que le dan a los libros y a las librerías en la capital colombiana. Nunca había visto tantos libros, pude comprar un montón de ellos. Títulos y autores que jamás encontraré en El Salvador. Incluso dejé alguna ropa y zapatos con tal de ampliar el espacio para que cupieran libros en mi maleta. 

 

Algo que me llamo mucho la atención de la ciudad como tal, fue que había mucha basura por todos lados. No sé por qué, no sé si no pasaba el carro que recoge eso, pero todas las esquinas estaban llenas de basura, pero por otro lado me gustó mucho la cantidad de verde que tienen tanto en Bogotá como en los pueblos alrededor y las demás ciudades.  

 

Me impactó las condiciones de pobreza extrema tan cerca de la universidad y los contrastes que hay a tan solo dos pasos. Un momento estas en un edificio y una zona muy buena y a los cinco segundos estas en un sitio pobre y abandonado. Por ejemplo, atravesando el túnel o caminando un poco hacia el sur desde la universidad cambiaba el panorama completamente. En Bogotá está muy marcada la desigualdad. Esto me impacto muchísimo porque desde la misma universidad esto se veía claramente. Estaba la universidad, grande, linda, con edificios inmensos y modernos y a la par estaba el parque donde había unos indígenas acampando, colgando su ropa en plena calle y durmiendo bajo unos pedazos de plástico.   

 

Algo que me encanto de la Javeriana fue el hecho de que fueron muy inclusivos con los que veníamos de por fuera. Éramos más de 100 estudiantes de intercambio y en la oficina de movilidad nos recibieron muy bien. Hay un grupo llamado Out of town, donde estudiantes de la Javeriana se encargan de organizar planes y eventos varios días a la semana. Estos nos permitían conocer la ciudad y conocer amas personas. Para gente como yo que no se nos facilita hacer amigos, esta era una opción muy chévere porque yo sabía que siempre podía contar con ellos para ir a visitar un museo o cualquier tipo de plan. 

 

Fue una oportunidad muy enriquecedora, en una ciudad y una universidad que se convirtieron en mi segundo hogar. A toda la comunidad Javeriana, ¡gracias por una experiencia inolvidable!” 

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