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PERFIL

Homenaje a Henry Augusto Sandoval Pineda​

El alma de la Facultad de Derecho de la Universidad Javeriana

Humildad, servicio y transparencia son palabras que caracterizan a Henry Sandoval, auxiliar administrativo de la Dirección de Carrera de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Javeriana,  quien sin lugar a dudas es una de las personas más apreciadas por todos los estudiantes y profesores. Esta es la historia detrás de esta gran persona. 

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Por: Sebastián Solarte Caicedo y Daniel Londoño De Vivero

Para todos quienes hemos tenido el privilegio de conocer y acudir donde Henry coincidimos en lo excelente persona que es. Su sencillez, su sonrisa, su buena actitud hacia la vida y su gran eficiencia como parte del personal administrativo de nuestra facultad hacen de él una persona intachable y muy querida por todos.  

Nació en Bogotá en 1968, es hijo de padres Boyacenses y el mayor de tres hermanos; actualmente está casado y es padre de un niño de cinco años. Realizó sus estudios primarios en un colegio de la Policía, pues  su padre era Sargento Mayor de la Policía Nacional. Culminó sus estudios en el Colegio San Ignacio de Loyola, donde asegura que comenzó su formación y cariño por la Compañía de Jesús. Su pasión más grande en el colegio fue el fútbol, pasión que se vio afectada por sus múltiples problemas de rodilla que lo han llevado a suspender la realización de dicha actividad. A sus dieciséis años de edad presentó exámenes en la Escuela General Santander para realizar la carrera de oficial, pero por su estatura y problemas de vista no fue admitido, sellándose así la posibilidad de dedicarse a ser oficial de la Policía Nacional.  

Llegó a la Universidad Javeriana en 1991 e inició sus labores en la Facultad de Comunicación en la que estuvo alrededor de diez años. Siempre su labor se ha relacionado con el contacto directo con el estudiante, sirviendo como intermediario entre el alumno y la Institución. Durante ese primer período, mientras trabajaba, decidió iniciar sus estudios en Administración de Empresas, carrera de la cual finalmente no se graduó.  

Años después, en 1999, decidió renunciar a la Universidad y salir a Miami, donde trabajó por tres años en como asistente de Valet Parking. Asegura que su estadía en territorio extranjero fue muy gratificante. Sintió  especial atracción y apego por la disciplina y el cumplimiento de las normas por parte de los ciudadanos norteamericanos, comportamiento reflejado en su cultura. En 2003, vuelve a Bogotá para pasar sus vacaciones de fin de año y decide visitar la Universidad, pues tenía la oportunidad de regresar a trabajar aquí. Eligió entonces dejar su vida en Estados Unidos y restablecerse en Bogotá. Esta vez, quedó vinculado a la Oficina de Admisiones y Registro, donde pudo ganar amplia experiencia en la realización y manejo de planes de estudio, notas y calificaciones, llegando a ser el encargado de actualizar toda la información académica de cada facultad para luego unificarla y depositarla toda en la misma Oficina, y no como antes se acostumbraba que era en cada facultad. Después del Registro Académico Integrado llegó el Sistema de Información Universitaria (Actual sistema académico de la Universidad), lo cuál, según él, significó un gran y necesario avance para toda la Institución Universitaria. En este tiempo, él veía la Facultad de Derecho como casi otra universidad autónoma y diferente a todas las demás facultades de la Universidad, característica que siempre le llamaron la atención. 

En 2004 entra formalmente a trabajar en la Facultad de Ciencias Jurídicas. Su labor era dedicarse a montar el registro académico, organizar planes de estudio y finalmente lograr “enganchar” a la Facultad con la Oficina de Admisiones y Registro. Después de cumplir la función que se le había encomendado, Gustavo Mora,  auxiliar de la carrera, dejó su cargo y se lo ofrecieron a Henry, quien con mucha alegría lo aceptó. Además fue al empezar su trabajo en nuestra Facultad cuando conoció a su actual esposa, quien antes trabajaba en la rectoría.  

Además, Henry cuenta cómo ha sido su trayectoria en la Universidad: pasó por las facultades de comunicación, educación, enfermería, arquitectura y ciencia política, pero siempre con el deseo de quedarse en la Facultad de Derecho, pues considera que el ambiente de trabajo es diferente a las demás y que la cordialidad entre el nivel administrativo y el nivel académico siempre ha sido diferente y muy cercano. 

Su alegría más grande cada semestre es ver cómo los primíparos abogados que la Facultad recibe y que él atiende a diario se gradúan tan rápido; es ver un proceso de formación que arranca con la admisión de los neojaverianos abogados y termina con la serenata de despedida y la entrega del diploma. Cada proceso individualmente considerado es una situación que lo hace recordar de cómo fue la vida universitaria de cada alumno y su paso por la Facultad. “Es increíble ver qué tan rápido se pasa el tiempo”, afirma con nostalgia. Cada semestre, aunque por lo general se repiten los mismos problemas de los estudiantes, es diferente, siendo cada uno particular, interesante y emocionante. 

Para Henry, sin pensarlo dos veces, la Facultad ha evolucionado y ha traído cambios cada año, pero ninguno igual al cambio que impuso el nuevo Sistema Académico, que trajo independencia a la Facultad de Derecho. Hoy en día, quien tiene la batuta de mando es la Vicerrectoría Académica y la Facultad, como todas las demás, tienen que cumplir con todos los lineamientos y obligaciones que este órgano superior les impone.

 

De su experiencia al servicio de la Facultad ha aprendido que los abogados tenemos la característica de controvertir todas las decisiones, siendo más complicado lidiar con estudiantes abogados que con los de otras carreras. Dice que es necesario responder a los estudiantes de la Facultad con un criterio objetivo y buenos argumentos, puesto que no es fácil negarles solicitudes o dejarlos con respuestas inconclusas: se trata de una labor de convencimiento. Como consejo para los estudiantes, recalca la necesidad de aprovechar todas las oportunidades, instalaciones y recursos que la Universidad nos brinda, teniendo en cuenta la gran planta de profesores y de personal administrativo que tiene: “que aprovechen y se diviertan, pues no todos tienen el mismo privilegio de entrar a la Javeriana; son muchos los que se presentan y muy pocos quienes tienen la alegría de entrar, y más pocos aún los que pueden graduarse como abogados saliendo con ese alto perfil javeriano”. 

Henry agradece a la Universidad el gran cariño con el que lo ha arropado y se siente orgulloso de la Institución. Se considera a sí mismo como Jesuita y portador del sello javeriano. Y, por si fuera poco, su hijo nació el primero de octubre, día de nuestra querida Universidad. 

Actualmente Henry cursa V Semestre de Derecho, está felizmente casado y tiene a Santiago, a quien le dedica, junto con el estudio, todo su tiempo libre. Cuenta que es con su propio hijo con la única persona con quien puede practicar su más grande pasión. Desde ya, Santiago empieza su vida siguiendo el ejemplo de la Comunidad Jesuita en el Colegio San Bartolomé Mayor. Hoy el sueño más grande de Henry es graduarse como abogado y poder desarrollarse independientemente teniendo un mejor cargo laboral, siempre teniendo en mente que su familia y su devoción a la Virgen María son lo más valioso que tiene en su vida. 

A Henry, gracias por su sencillez, humildad, transparencia, servicio y dedicación a nuestra Facultad. Esperamos que nos acompañe por muchos años más. 

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