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PERFIL

Perfil de un profesional ejemplar

Darío Laguado, uno de los profesores y abogados más jóvenes y exitosos de la Facultad

En esta edición, FORO JAVERIANO entrevistó a uno de los profesores más destacados de la Facultad por su impecable currículo y su brillante carrera profesional. 

Foto Dario Laguado.JPG

Por: Stephanie Yepes Gutermilch y Jaime Hernández Palacios 

Darío Laguado, profesor de Derecho Comercial y de Derecho Económico, es un ejemplar abogado javeriano. Realizó sus estudios de maestría en la Universidad de Harvard. Vivió y trabajó un tiempo en Nueva York en la reconocida firma Sidley Austin LLP. A su regreso a Colombia se vinculó con la firma Brigard & Urrutia. Hoy en día es socio de ésta de la práctica de fusiones y adquisiciones. 

 

Criado en una familia de abogados, al enfrentar una de las decisiones más importantes de su vida, se vio influenciado por su entorno familiar y decidió estudiar Derecho. Lo atrajo su carácter social y su capacidad de generar un impacto positivo. Más allá de esta decisión, considera que lo más importante fue que decidió perseverar en sus estudios, ya que se dio cuenta de que entre más pasaba el tiempo, más se convencía de que el derecho era realmente lo que le apasionaba.  

 

Como estudiante, recuerda la Facultad de manera distinta a como es hoy en día. Ésta estaba concentrada en el Giraldo, lo cual hacía que su aspecto fuera un universo compacto de amigos y caras conocidas. También recuerda la inercia de ese gran decano, el Padre Giraldo, el cual no le tocó, pero que en gran medida la Facultad seguía con el impulso de su época al frente.  

 

Nos compartió algo que no todo el mundo conoce y es que hizo doble programa con Filosofía, la que también es una de sus pasiones. Laguado considera que ésta fue clave para su formación; que el Derecho tiene mucha profundidad y contacto con otras disciplinas, por lo que es importante tener otras aptitudes. Actualmente, los abogados necesitan otro tipo de habilidades más allá de las jurídicas, para afrontar el cambio que la tecnología generará en el Derecho.  

 

Después de graduado recuerda esos tiempos como unos años “bien bonitos”. Trabajó en Colombia  Telecomunicaciones, hoy en día Telefónica. Nos contó que fue una experiencia muy interesante ya que la liquidación de Telecom dio lugar a que se creara esta nueva compañía, en la cual él estuvo en sus inicios. Nos dijo que el haber trabajado ahí como “in-house” y ahora estar en una firma lo pone en una posición privilegiada porque sabe cómo funciona una compañía, y de ese modo puede afrontar mejor las consultas de los clientes. 

 

Afirma que su decisión de estudiar una maestría en el exterior estaba tomada desde el principio, pues el estudiante debe perfilarse hacia ciertos horizontes, con lo cual tiene que hacer un esfuerzo adicional para poder alcanzarlos y hacer que las decisiones se vuelvan realidad. Para él siempre hay que apuntar lo más alto posible, y a pesar de que le ofrecieron una beca para realizar estudios en una universidad en la Florida, la rechazó, porque no era lo que estaba buscando en ese momento. El objetivo era entrar a Harvard, lo consiguió y manifiesta que realmente fue una de las mejores experiencias que ha tenido. Recomienda vivir una experiencia como esta por lo que puede aportar en el plano personal, espiritual, académico y profesional.  

 

Recuerda que recibió la noticia de ser aceptado a través de un correo electrónico que empezaba con: “Congratulations”. Fue un momento que le produjo mucha felicidad, se quedó quieto unos minutos mientras lo asimilaba y luego llamó a sus padres. 

 

Como anécdota señala que le impresionó que el día que empezó la maestría, eran 170 personas de todas partes del mundo, comparable con la Asamblea General de la ONU. Recuerda que haber pasado por una universidad top de EEUU fue un golpe de humildad, llegar a conocer mentes poderosas que no son los profesores, sino los compañeros que se sientan al lado, es un ejemplo de excelencia de distintos países del mundo. Para él lo más enriquecedor de esta experiencia, es empaparse de todo un poco, de lo que ofrece la universidad más allá de las materias, disfrutar el ambiente donde se cocina el futuro; tener un año que cambia la vida para siempre.  

 

Afirma que tomar la decisión de estudiar por fuera es algo que debe hacerse de corazón. Al final del día, cuando se trata de escoger una universidad top para estudios de posgrado, afirma que “es decidir entre BMW, Audi o Mercedes”, no hay forma de equivocarse. Señala que la financiación no debe ser un obstáculo, puesto que en Colombia se ofrecen muchas becas y métodos de financiación, como también las entidades financieras norteamericanas que ofrecen planes muy tentativos para lograrlo. Ese problema es manejable. Es cuestión de tomar la decisión, sabiendo que la aplicación es un trabajo de tiempo completo.  

 

Después de terminar su maestría se fue a Nueva York a trabajar, Laguado considera que la mayoría de las personas al realizar estudios de posgrado en el exterior tienen definida la posibilidad de trabajar por fuera para tener una experiencia profesional diferente. A esto contribuye el ambiente de negocios de EEUU y que en Nueva York ocurren las transacciones más importantes del mundo. Lo atrajo ver cómo funcionan las firmas gigantescas de abogados, y considera que esta experiencia es un complemento invaluable para la parte académica. La firma en que trabajó, Sidley Austin, era curiosamente la firma newyorkina que más abogados colombianos tenía contratados en ese momento. Trabajó casi 3 años en esta firma, y dice entre risas: “les caí bien, no sé”. 

 

De su tiempo en Nueva York dice que fue intenso, en especial por la rigor del trabajo. Nos compartió cómo vivió el estallido de la crisis financiera, al llegar a la estación de metro y ver el edificio de Lehman Brothers rodeado de camarógrafos. La crisis hizo que la ciudad, el trabajo y el mercado cambiaran totalmente. En ese entonces trabajaba en asuntos del mercado de valores y fue testigo de cómo las firmas de abogados despedían cientos de abogados diariamente, con ocasión de la crisis. 

 

Su regreso a Colombia se dio, en palabras de él, debido a que “la tierrita llama”, y a pesar de los trancones, la contaminación, etc. es difícil encontrar en otro lugar del mundo la calidad de vida que se tiene acá. Piensa que en su lugar de origen uno maximiza la capacidad que tiene de dejar un impacto en su realidad, lo cual considera gratificante, el hecho de devolverle algo al país y a la universidad. A su llegada en el 2010 trabajó durante un tiempo como independiente y siguió trabajando con Sidley Austin en proyectos acá en Colombia. 

 

Luego, cuando el país estaba despertando económicamente, regresó a Colombia la actividad empresarial y tras la invitación de un compañero de trabajo colombiano en Nueva York, se unió a la firma de abogados Brigard & Urrutia, una de las más prestigiosas del país. Entre risas afirma que desde ese momento no ha dormido. Su jornada de trabajo transcurre entre reuniones con clientes, conferencias telefónicas, revisión de contratos y reportes de debida diligencia. 

 

Considera que el ritmo de trabajo y la carga excesiva de las firmas grandes de abogados es un mal de industria, es algo que implica un sacrificio pero aun así, ciertas personas gustan de este tipo de vida.  

 

Su relación académica con la Universidad empezó antes de graduarse, fue monitor de Bienes con Ricardo Vélez, a quien estima muchísimo, fue su profesor y director de tesis. Después, fue profesor de Propiedad Intelectual. Además, dictó Análisis Económico del Derecho, que nos contó es su materia favorita. Actualmente está dictando Derecho Comercial. Para él, la academia es fundamental y debe ir de la mano del ejercicio profesional del abogado de firma. 

 

Se encuentra felizmente casado con una colombo-alemana, lo cual le ha permitido acercarse mucho a Alemania, país que se ha ganado sus afectos. No tiene hijos todavía, pero tiene cuatro sobrinos. Le apasiona la pintura, cree que más que un hobby, es una expresión de libertad. Nos contó que ha hecho varios cursos y que si no está trabajando está en su taller pintando. El camino ya le mostró su horizonte profesional, ser abogado de firma. Actualmente no se ve en otro lugar ni en otra firma de abogados. A futuro se ve todavía dictando clase, nuevamente Análisis Económico del Derecho, y quisiera tener más tiempo para escribir cosas académicas, ya que lo ha hecho pero con un gran sacrificio personal. 

 

Finalmente, le recomienda a los jóvenes que están terminando su carrera de Derecho y están a punto de afrontar su vida profesional ¡que estudien!, que en la vida uno empieza con objetivos con nombre y apellido, pero no siempre cuando se termina se sabe qué se quiere hacer. Se debe trazar un horizonte y ahí perfilarse, en sus palabras, la vida lo va llevando si uno sabe más o menos para dónde ir. Las universidades y la vida dan unas herramientas básicas y otras que se pueden obtener al profundizar más. El abanico de oportunidades en el Derecho es enorme.  

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