ESPECIAL
“La constitución es el alma de los Estados.”
COLOMBIA EN LA ÉPOCA CONSTITUYENTE
Hace 30 años nuestro país estaba viviendo unas circunstancias de violencia desenfrenada, que generaron una respuesta política necesaria y relevante; la expedición de la Constitución de 1991.
Fuente: Archivo personal
Por: Carolina Montoya
Hace 30 años nuestra Constitución Política estaba a punto de ser expedida en medio de una situación constante de violencia en el país. El contexto histórico colombiano que existía al momento de configurar la Asamblea Nacional Constituyente, así como de la redacción y expedición de la Constitución Política de 1991, consistía en una época de narcoterrorismo, de bombas, de asesinatos y de secuestros.
La década de los 80 fue muy violenta en Colombia. El Cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, estaba en su mayor auge, generando una lucha constante contra el Estado colombiano, guerrillas, grupos paramilitares y otros carteles. La violencia de este grupo se hizo realmente notoria con el asesinato del Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, el 30 de abril de 1984. La reacción del gobierno del momento, liderado por Belisario Betancur, fue aprobar de manera inmediata la aplicación del tratado que permitía la extradición de colombianos a Estados Unidos. Esto generó una reacción todavía más violenta por parte de los narcotraficantes, que terminaron por crear un escenario en el que la violencia y las bombas eran el día a día de los colombianos, desencadenando una serie de secuestros, atentados y asesinatos que atormentaban constantemente al país.
Gustavo Salazar, quien hizo parte de los estudiantes que hicieron posible la séptima papeleta, afirma que esta fue una época en la que en Bogotá explotaban entre 2 y 3 bombas al día, y que a él como estudiante de la Universidad de los Andes, le tocaba llegar a la universidad media hora antes de que iniciaran sus clases porque los debían requisar antes de permitirles la entrada. También contó que estaba prohibido parquear en la universidad por el miedo que existía hacia los carros bomba.
El 18 de agosto de 1989, asesinaron a Luis Carlos Galán. Esta fue una muerte muy impactante porque él era una propuesta de esperanza, era el candidato que iba a quedar de presidente y muchas personas tenían su fe puesta en él. El día que fue asesinado, iba liderando las encuestas presidenciales. El suceso se dio un viernes de puente. Gustavo Salazar relata que llegó el martes a clase y todo seguía igual, lo que le pareció indignante a él y a algunos de sus compañeros. Partiendo de esta iniciativa, realizaron la manifestación denominada “Marcha del Silencio” el 25 de agosto del mismo año. De manera paralela a esta marcha, había un movimiento liderado por la Universidad del Rosario que buscaba cambiar la Constitución.
A partir de ese momento, se empezó a hacer evidente la necesidad de cambio que estaba necesitando todo el país y que se estaba reflejando por medio de los estudiantes. Después de varias reuniones y de mucha planeación, el 11 de marzo de 1990, en las elecciones para escoger senadores, representantes a la Cámara, diputados de asambleas locales, concejales municipales, alcaldes y al candidato del partido libertad (6 elecciones, por lo tanto 6 papeletas), este grupo estudiantil entregó una séptima papeleta. Esta tenía el propósito de que se votara por una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Constitución Política.
Finalmente fue expedida nuestra Constitución de 1991, en la que, reflejando la situación de violencia del país, se consagró la no extradición. Hubo gente en la constituyente que votó por la no extradición por la presión del narcotráfico, llegando incluso a recibir amenazas. Otros integrantes, como los ex miembros del M-19, votaron por la no extradición por convicción. Esta fue una decisión que fue modificada posteriormente, pero que en su momento se vio influenciada por la situación violenta que atravesaba Colombia.
Para Salazar, esta Constitución fue un acto de perdón y de unión. Entre los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente había personas que hicieron parte del M-19 y también gente muy golpeada por secuestros realizados por este grupo, y a pesar de esto, hubo disposición. La violencia de esta década logró una respuesta política, que resultó en la expedición de una Constitución Política que no fue la victoria de un partido militar y que no fue impuesta, sino que por el contrario, todos los colombianos tuvieron cabida, permitiendo que la población se apropiara de los temas constitucionales.
Fuente: Gustavo Salazar, miembro de la séptima papeleta, profesor de la facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Javeriana y actual magistrado de la JEP.