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El Fútbol Club Barcelona ha vuelto.
El inicio del Barça de Hansi Flick:
fiel a las glorias pasadas.
Un análisis general sobre el presente del Fútbol Club Barcelona liderado por el entrenador alemán Hansi Flick, quien le ha devuelto a la afición aquellas noches históricas de antaño.
Fuente: Getty Images
Por: David Alejandro Cáceres Guerrero
Si bien desde que estoy en Foro Javeriano acostumbro a redactar artículos relacionados con el mundo jurídico, es bonito recordar que los dos primeros textos no tuvieron nada que ver: el primero fue sobre la próxima película de Superman y el segundo, una relación entre el fútbol y el poder. Honrando los inicios y viendo que cada vez queda más poco, he decidido volver a escribir de fútbol.
Desde que tengo memoria, una de mis pasiones más intensas es el Fútbol Club Barcelona. Me gustaría tener una respuesta clara con alguna anécdota increíble para la pregunta sobre por qué son tan fan del FCB. Honestamente, no lo sé. Es una cuestión de feeling y de un amor exacerbado que no se puede explicar con palabras. La camiseta del Barça es el primer regalo que recuerdo haber pedido en Navidad y mi foto con ella puesta a los 6 años será por siempre mi instantánea favorita.
Me gustaría escribir sobre mi historia con el Barça o sobre mi amor por Messi, pero ya habrá ocasión para eso. Hoy, después de mucho tiempo, siento la necesidad de escribir sobre el presente y futuro del Fútbol Club Barcelona, justo después de ganar 0-4 al Real Madrid en el que siempre será nuestro patio trasero, el Estadio Santiago Bernabéu.
Son 14 años siguiendo al Barça y como si de un idilio se tratara, todo empezó con Pep Guardiola, quien considero que es el mejor entrenador de la historia del fútbol. Luego siguieron épocas brillantes, como el 2015 de la mano de Luis Enrique o el Barça de Tito Villanova (QEDP). De un tiempo para acá, las cosas no han ido tan bien, entre la directiva de Josep María Bartomeu, que hizo trizas las finanzas del Club y las elecciones pésimas como traer al banquillo a Ronald Koeman o Quique Setién, el equipo no ha dado el rendimiento que todos los barcelonistas alrededor del mundo esperamos.
Con la llegada de Joan Laporta a la presidencia del Club, que ya lo había sido en la época más gloriosa de nuestra historia, las cosas han empezado a mejorar de manera exponencial. Fichó a Robert Lewandowski, quien junto a Luis Suárez (también culé), es el mejor nueve del siglo. Echó a Koeman, a quien prefiero no dedicarle palabras para no dañar la imagen de aquel héroe que nos dio nuestra primera Champions en 1992. Laporta también trajo a una petición conjunta como entrenador: Xavi Hernández, una de las máximas leyendas del Club y el pintor que coloreó la obra del mejor Barça de la historia.
El desempeño de Xavi en el banquillo generó y sigue generando opiniones divididas. Yo soy de los que cree que fue un trabajo sobresaliente; tomó el equipo destrozado, después de la salida de Messi y en el puesto nueve de la tabla. Nos llevó el siguiente año a ser campeones de Liga, jugando un fútbol que sin ser la panacea -cómo esperamos los verdaderos amantes del fútbol- era divertido de ver y muy organizado.
Como ya es tradición en el fútbol español, los medios de comunicación madrileños (aunque no lo digan a los cuatro vientos) iniciaron una vasta campaña de desprestigio contra el entrenador catalán. Estaban asustados, pues sabían que con algo de tiempo, Xavi iba a construir un Barcelona ganador, como el que tanto daño les hizo y que les causó un trauma del que aún no se recuperan. La campaña madridista triunfó y lograron controlar el relato, de forma que en el último verano, Laporta decidió prescindir de los servicios de Xavi como entrenador del equipo y en su lugar traer al alemán Hans-Dieter Flick.
La llegada de Flick también generó diversas opiniones. Su experiencia, a pesar de no ser muy amplia, lo avalaba. Es el único técnico en la historia, además de Guardiola, en haber ganado un sextete (todos los títulos que se pueden ganar en una temporada). Luego fue a la selección Alemana y los resultados no fueron los mejores. Todo parecía que había que esperar, pues también generó algunas críticas que, en principio, no fuese un adalid del estilo Cruyffista, que es lo que culés siempre queremos ver impregnado en nuestro equipo. Más que el ganar, es el cómo ganas, y nosotros siempre preferiremos el tradicional “Tiki-Taka”.
Ahora, tras trece partidos, puedo decirlo: el fútbol del Barça de Flick es mágico. Pocos equipos recuerdo así. Acaba de terminar la semana más dura hasta ahora: Sevilla, Bayern y Madrid. El balance de estos tres partidos es de 13 goles a favor y tan solo 2 en contra, cifras que muestran lo que se ve en el campo: un equipo alegre, ofensivo y muy organizado. Está sacando el mejor rendimiento de un Lewandowski de 36 años y de un Lamine de 17.
Los fantasmas de los partidos en Champions contra el Bayern desaparecieron y volvieron las noches mágicas en el Estadio del eterno rival. Con 8 jóvenes de la masía destacando, este Barça no es menos idiosincrático que cualquier otro entrenado por un catalán o predicador de la Escuela de Cruyff. Flick ya ha demostrado tener el ADN Barça y llevarlo al siguiente nivel.
Escribir sobre estos temas de manera tan optimista siempre es complicado, no porque no me guste ensalzar lo que está haciendo el equipo, sino porque luego, si por los azares del fútbol el equipo decae, el golpe será más duro. Y es que eso suele pasar, pero no puedo ser deshonesto y escribir otra cosa. Este Fútbol Club Barcelona me hace vibrar y recordar aquellas noches de antaño donde ver golear al equipo de la mano de Messi era la rutina. Ahora se está construyendo el mismo efecto, pero con otros nombres. Que la eternidad nos condene a eso: a ser el mejor equipo de la historia de este deporte.
¡Que visca el Barça, que visca Catalunya y que visca Hansi Flick!