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ACTUALIDAD

La esclavitud del siglo XXI

AMAZON SE ESTÁ HACIENDO EL DE LAS GAFAS CON SUS TRABAJADORES

Si supiéramos lo que viven aquellos que trabajan para traernos lo que pedimos por internet, pensaríamos dos veces antes de hacerlo. 

Fuente: pexels.com

Por:  Andrés Rojas

Amazon ha recibido en los últimos 3 años un sinfín de acusaciones por las precarias condiciones en las que se encuentran sus trabajadores, y las pocas políticas de bienestar laboral que se evidencian en el día a día de sus empleados. Las aguas empezaron a agitarse cuando en el 2018, se filtró un video explicativo que realizó la compañía proporcionando tips a sus empleados para evitar formar sindicatos, bajo el argumento de no ser estos lo mejor para los clientes, accionistas y socios de Amazon. Las barreras para la formación de una asociación sindical en la empresa despertaron el interés de los medios por saber qué es lo que verdaderamente estaba pasando al interior de esta compañía. 

 

Los primeros hallazgos apuntaron a la vigilancia extrema que existía al interior de los centros de despacho y operaciones, donde los trabajadores se veían obligados a caminar distancias de más de 13 kilómetros para llegar a los baños de la empresa, gastando así una considerable cantidad de tiempo que luego era reportado como inactividad, lo que podía resultar en una amonestación. De hecho, en entrevistas realizadas por el diario español El Confidencial, trabajadores españoles revelaron que existían baños en solo 2 de los 4 pisos de la planta de producción y despacho, lo cual resulta absurdo para la cantidad de empleados en el lugar. Producto de las largas distancias y constante monitoreo, algunos trabajadores confesaron orinar en botellas producto del miedo con el que vivían a ser amonestados. Estas declaraciones fueron negadas por el presidente de la compañía Jeff Bezos a través de Twitter, afirmando que de ser así nadie trabajaría en Amazon. 

 

Adicionalmente, los empleados denunciaron sentirse intimidados de poder sufrir alguna lesión en el trabajo, dado que la mayoría de los trabajadores que reportan una lesión o enfermedad son posteriormente despedidos, dado que su productividad se ve disminuida. Dentro de los factores que influyen al desarrollo de lesiones y/o enfermedades en el trabajo, está la alta temperatura de los almacenes, problema que se reportó a recursos humanos y no fue solucionado, ocasionando desmayos y mareos en los empleados. 

 

Luego de la ola de críticas y denuncias del 2018, resurgieron las constantes denuncias con respecto a las condiciones laborales de los empleados de Amazon. Esta vez con respecto a los transportadores, quienes una vez más, denunciaron tener que orinar en botellas de plástico dada la presión a la que son sometidos por la rápida entrega de pedidos. En el periódico The Verge, periodistas publicaron antecedentes que revelaban la veracidad de las denuncias, así como en el sitio estadounidense The Intercept, el cual publicó informes en los que se evidenció que los conductores llegaban al punto de tener que defecar en bolsas, situación conocida e ignorada por la compañía de acuerdo con correos electrónicos en los que se reportaba la situación y se pedía una solución al respecto. A principios de abril de este año, ante la claridad y fuerza de las pruebas recolectadas, la compañía se vio forzada a reconocer su culpabilidad en la situación. Lo anterior se dio luego de que Mark Pocan, político estadounidense recalcó las acusaciones en Twitter y Amazon se defendió vehementemente. Una vez las pruebas fueron reveladas al público, la empresa estadounidense lanzó un comunicado en el cual se disculpaba con el político y reconocía los hechos, pero nunca dio se evidenció un acto de perdón con sus empleados, quienes al fin y al cabo eran los afectados. 

 

Aunque es positivo que Amazon haya reconocido su culpa, hoy en día no se ha evidenciado un cambio palpable y real a la clara violación de derechos que se estaba generando con sus trabajadores. De nada sirve una disculpa pública en un tweet respondiendo a un político con miras a mejorar su imagen superficialmente cuando la situación que está desencadenando las críticas y denuncias no ha sido solucionada, más aún cuando la política empresarial no ha virado hacia una preocupación por el bienestar de quienes trabajan para ellos. 

 

¿Qué hacer entonces? Es muy difícil proponer una solución eficaz desde el lado del consumidor a un problema generado por un gigante como Amazon, sobretodo cuando nuestras acciones pueden desembocar en consecuencias aún más negativas para el empleado. Por ahora, es vital generar este tipo de conversaciones y visualizar la situación, con el fin de explorar posibles soluciones. 

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